Aliado incómodo

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Aún en contra de sus deseos, porque en campaña los hizo explícitos, la gobernadora electa Lorena Cuéllar Cisneros lidiará los próximos tres años con un aliado incómodo que, por lo hecho esta semana desde el Congreso del estado, no pocas veces le dará dolor de cabeza a su gobierno.

Eso representará para ella, seguramente, el diputado petista Miguel Ángel Covarrubias Cervantes como coordinador de la bancada del Partido del Trabajo (PT) en la próxima Legislatura local.

De hecho, más que mirar al futuro, la piedra en el zapato ya la trae Cuéllar Cisneros porque para quienes conocen de coyunturas similares, la aprobación de las cuentas públicas del ejercicio fiscal 2020 tiene la anuencia de la gobernadora electa, quien –aunque no lo desee- no puede negar que la actual Legislatura tiene el sello partidista al cual ella pertenece: el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

El perdón en el desvío de muchos millones de pesos -50 según algunos cálculos- realizado desde 35 ayuntamientos encabezados por actores políticos de todos colores, llegó,  sin embargo, en mala hora. Es así porque el perdón a los irregulares manejos financieros municipales se presentó precisamente en la semana en la que Lorena Cuéllar anunció la creación de la Secretaría Anticorrupción en su gobierno, como una respuesta a lo hecho por gobiernos pasados, incluido el actual.

En esa circunstancia, ella no puede deslindarse así, sin poner el tema sobre la mesa y sin condenar políticamente lo que hace esta Legislatura dominada por Morena, instituto político al cual pertenece. El ejemplo no debe ser a futuro, a partir de que ella tome posesión en el cargo, sino desde ahora en que los desvíos financieros están quedando impunes.

En ese contexto, el nombre de Miguel Ángel Covarrubias Cervantes cobra relevancia porque él forma parte de la alianza partidista que la llevó al triunfo el pasado 6 de junio. El legislador participó, a pesar del evidente conflicto de interés, en la aprobación de la cuenta pública del ayuntamiento de San Damián Texóloc, gobernado por su madre, Maribel Cervantes, dentro del cual existen inconsistencias por al menos 3.1 millones de pesos.

Ese legislador local ha sido sujeto de muchas críticas desde que asumió el cargo en 2018, ya sea por plagio, por avaricia o por desvío de recursos. Fue, sin embargo, la masa gris a través de la cual diputados y diputadas aprovecharon su mayoría opositora para obligar al Ejecutivo a aprobar varios cientos de millones de pesos, los cuales sirvieron para construir fortunas particulares y para edificar candidaturas que pocos y pocas aprovecharon. Covarrubias Cervantes la aprovechó con creces.

Hace tres años, el oriundo de Texóloc humilló electoralmente a quien a partir de septiembre despachará como secretario de Gobierno. El 6 de junio lo volvió a hacer al vencer a Morena no sólo en ese municipio, sino en el distrito electoral local completo, el 14 de Natívitas. Ha sido un dolor de cabeza de Sergio González Hernández.

Ese mismo dolor de cabeza puede pasar a Lorena Cuéllar Cisneros, si como coordinador de la bancada petista Miguel Ángel Covarrubias comienza a influir en la próxima Legislatura local, como lo hace en la actual.

En el presupuesto del próximo año se verá cuál es el talante de Cuéllar Cisneros, particularmente porque ella ya será responsable de enviarlo al Congreso del estado. Si ella minimiza lo que ahora pudiera considerarse como una piedra en el zapato, el dolor puede pasarse a la cabeza.

Porque no hay que olvidar que el proyecto de Covarrubias Cervantes es el Senado de la República en 2024, y la gubernatura en 2027. Y si ella permite ser rebasada por la izquierda, el petista podría ser su próximo sucesor.

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