Lunes 4 de octubre de 2021
Que bien quedó la obra carretera que conduce de Tlaxcala a Apizaco, que amplio, bonito y útil el tramo a la altura de San Pablo Apetatitlán, aunque es preocupante que aún cuando no terminan y los autos deberían circular con lentitud, ya se han registrado varios accidentes.
Esta semana por ejemplo, varios choques entre autos y una persona atropellada. Cómo es posible tanta estupidez humana.
Cómo es posible que no podamos entender que hay cosas que pudiendo facilitar la vida a todos, se conviertan en más peligro y riesgo.
En que cabeza cabe que pudiendo gozar de banquetas amplias y bonitas, la gente deba caminar por el asfalto donde circulan los autos poniendo en peligro su vida.
Ello, porque las amplias y bonitas banquetas que son para las personas, son ocupadas por autos que ahora ya tienen enfrente un lugar para estacionarse pero no lo usan, son ocupadas por anuncios que no necesitan estar ahí, pues los lugares se ven, ya tienen su anuncio en la entrada del establecimiento. La gente no entra por el tamaño de anuncio, entra por la calidad de sus servicios.
Cuanta torpeza, cuanta ignorancia, y cuanta falta hace que alguien con verdadera autoridad ponga orden en ese lugar. Ojalá sólo sea torpeza y no complicidad.
De qué sirven inversiones millonarias, de qué sirve la planeación, la intención de embellecer, el propósito de mejorar la infraestructura, si los humanos no podemos respetarlo y entenderlo. Si la ausencia de autoridad se nota en la misma proporción del tamaño de los anuncios.
Gracias por leerme en este espacio, hasta la próxima si no para otra cosa.
América Montoya
