El mejor presidente de México

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

La irresponsabilidad ha sido la constante en el actuar del presidente Andrés Manuel López Obrador con respecto a la pandemia del coronavirus. Mejor ejemplo de ello no es sino su comportamiento del pasado lunes cuando, sabiéndose enfermo, acudió a sus actividades de manera normal.

Por la mañana se reunió con su gabinete de seguridad, en el que participaron diversos secretarios de Estado. Y encabezó la mañanera sin cubrebocas, exponiendo a todos quienes se encontraban en el salón que sirvió para dar su acostumbrada conferencia de prensa. Ya por la tarde informó de su contagio, cuando desde la semana pasada no atendió los protocolos mínimos de guardarse, a sabiendas de que debía hacerlo una vez que tuvo contacto con su secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, contagiada por el Covid-19.

Ese es el presidente que encabeza el gobierno que malamente combate la pandemia que aqueja al país desde hace dos años. Los pésimos resultados para contenerla de manera responsable no han sido suficientes, ni siquiera para despedir a quien sólo ha demostrado ineptitud en la Subsecretaría de Salud. Hugo López-Gatell, quien detenta ese cargo, ha preferido, en repetidas ocasiones, darle por su lado al titular del Ejecutivo para minimizar la catástrofe sanitaria.

Ahora que por segunda ocasión López Obrador resultó alcanzado por el Covid-19, en su variante Ómicron, su responsabilidad de lo que sucede en el país es mayor que en 2020. Parece ser que no aprendió nada a pesar de que desde finales de 2021, en diversas latitudes del mundo, el número de contagios aumentó exponencialmente.

¿De verdad se cree que el presidente sigue fielmente las instrucciones de su secretario de Salud, Jorge Alcocer, de estar superando el contagio sólo con tecitos, con paracetamol y con vaporub? Diversas fuentes aseguran que López Obrador cuenta con un médico de cabecera 24 horas al día, atento a cualquier situación que pudiera complicar su salud.

No es para menos. Es el presidente. Sin embargo, no todas las personas cuentan con esa misma posibilidad de ser atendidas cuando caen enfermas. Muchos ejemplos hay de que en familias en cuyo seno alguien ha sido contagiado, la erogación económica ha sido de miles de pesos. Y aun así, muchas vidas no han podido ser salvadas.

Por eso cuando el titular del Ejecutivo minimiza la pandemia y llama “covidcito” a la variante Ómicron, no puede sino llamársele irresponsable, sobre todo porque lo dice a sabiendas de que millones de personas todavía no tienen su cuadro completo de vacunas, y que muchas de ellas son jóvenes que por cuestión de edad no han recibido ni siquiera la primera dosis. Todas esas personas son susceptibles de morir ante lo que él llama “covidcito”. De hecho, a pesar de que el número de fallecimientos al día ha disminuido, las muertes siguen presentándose en México.

López Obrador vive todavía el momento de máximo poder en su presidencia. Debe recordar, sin embargo, que ya se encuentra en el periodo de declinación. Las disputas internas por la candidatura presidencial lo debilitarán irremediablemente y en algún momento deberá dejar el cargo.

En la historia del país muchos ejemplos existen de que el juicio de la historia siempre llega. Por mucho que ahora maneje “otros datos”, su presidencia es desde muchos aspectos un desastre. Podrá manipular cifras y ocultar datos desde el púlpito mañanero, pero la realidad más temprano que tarde se conocerá, tal y como se ha conocido con otros que, como él, han ocupado el cargo de presidente.

Mal para él que no lo vea así. Un día habrá de despertar de aquel sueño en que se creyó sería el mejor presidente de México. Cuando llegue ese momento, ese despertar será una pesadilla.

Comentario: El gobierno estatal abrió en diciembre muchas actividades que hoy, ante el súbito incremento de contagios, pretende cerrar drásticamente. Contagiada por el entusiasmo amloísta, la administración lorenista ha seguido los pasos del presidente de la República.

Algo que no se conocía, sin embargo, es la amenaza que ya reciben diversos trabajadores del gobierno estatal. Los policías estatales, por lo menos. Sobre ellos se cierne la amenaza de presentar su cuadro vacunas. Si no lo hacen, tendrán como respuesta el despido. Algo debe explicar sobre esto el encargado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Maximino Hernández Pulido.

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