Tlaxcala, Tlax; Y no sólo en esa instancia, parecen tiempos de la ley de la selva, en donde los policías en lugar de ser vigilantes y garantes de la integridad y seguridad de los ciudadanos, se han convertido en los enemigos.
Por una parte los delitos que se cometen en Tlaxcala no se detienen, robos, asaltos a mano armada, homicidios, desapariciones, y ahora hay que agregar violencia policiaca.
Víctimas por todos lados, lo mismo ciudadanos de a pie que figuras políticas, empresarios y personajes de todos los estratos sociales, culturales, etc. Si, hay detenidos, la mayoría narcomenudistas y algunos asaltantes que al final de cuentas salen libre, pero de los delitos de mayor violencia e impacto poco se sabe, y tampoco despejan dudas ni a los ciudadanos ni a las víctimas o familiares de víctimas buscan saber más sobre el seguimiento a sus casos y tristemente pasa el tiempo y no hay quien les pueda ayudar.
Pero el colmo es lo ocurrido con un hombre detenido por estar presuntamente involucrado en la desaparición de una joven en Huamantla. Dice la queja que radicó la Comisión Estatal de Derechos Humanos que hubo presuntas violaciones al derecho a la legalidad y seguridad jurídica, así como violaciones al derecho a la integridad y seguridad personal al momento de ejecutar la orden de aprehensión. Tanto que ese hombre hoy se reporta con muerte cerebral.
Hay que agregar y por eso digo que no sólo en la PGJE ocurre, elementos policiacos de diversos ayuntamientos que con abuso de poder y prepotencia, lo mismo golpean a ciudadanos que los atropellan con sus patrullas.
En manos de quién estamos, quién nos cuida, quién procura justicia, de qué sirve protestar para hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan, si sólo sirve para tomarse la foto.
Gracias por leerme en este espacio. Hasta la próxima si no pasa otra cosa.
América Montoya
