La borregada tlaxcalteca

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Si consideramos como borregada a un número crecido de borregos o corderos, así ha sido la forma en que se han comportado las legisladoras y legisladores del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados en el Congreso de la Unión.

Qué equivocados estábamos si creíamos haber pasado los peores años del priismo, cuando en el Parlamento arrasaba con votaciones unánimes de sus integrantes. En pleno 2023 regresamos a esos tiempos tan lamentables donde el argumento fue hecho a un lado para aprobar, a como diera lugar, las iniciativas provenientes del presidente de la República.

Eso ha sucedido en la Cámara de Diputados y en el Senado con la reciente aprobación de 20 leyes, que seguramente un buen número de ellas serán impugnadas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Pero no sólo es recordar el hecho de la aprobación y su forma excluyente con la que se hizo, sino en el caso de Tlaxcala precisar los nombres de quienes lo hicieron. En la Cámara de Diputados: Irma Yordana Garay Loredo, Alejandro Aguilar López, Steve del Razo Gutiérrez y Dulce María Silva. Y en el Senado: José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera.

Aprendámonos los nombres porque algunas y algunos de ellos seguramente querrán seguir ocupando una curul dentro del Congreso de la Unión, no importando que su actuación legislativa haya pasado de noche desde que llegaron al cargo, como han sido clarísimos los casos de Irma Yordana Garay, Alejandro Aguilar, Steve del Razo y Dulce María Silva. Algo similar son los casos de Ana Lilia Rivera y José Antonio Álvarez.

Es decir, no hay quien se salve en las diputaciones federales ni en las senadurías, y quienes se encuentran en esas posiciones reflejan hoy la sumisión con la que desde siempre han actuado.

El mejor ejemplo de ello lo representa Álvarez Lima, quien así como servilmente sigue instrucciones de López Obrador desde el Senado, así fielmente sirvió también a Carlos Salinas de Gortari desde que éste llegó a la Presidencia de la República por el PRI. Por eso fue gobernador de Tlaxcala en 1992.

Esa actitud servil es la misma que hoy muestra, sin rubor alguno, toda la bancada morenista que representa a Tlaxcala en la Cámara de Diputados y en el Senado. Pensarán ellas y ellos que de ello depende su posibilidad de llegar a la gubernatura. Así que mientras sigan esa línea, no habrá revisión ni sugerencia de cambiar una sola coma a las iniciativas presidenciales. La sumisión continuará hasta la ignominia.

Apunte: Fracasado en su intentona de constituir a la organización “Democracia Participativa” como partido político estatal, Arnulfo Arévalo Lara regresa al redil priista. Y de acuerdo con un comunicado proveniente de ese instituto político, será responsable de “realizar un trabajo territorial para reforzar la reconstrucción de los comités municipales”.

A mal árbol se arrima la lideresa del PRI en Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien pareciera no le interesa trabajar con las nuevas generaciones. Recurre a viejos priistas, sabiendo que en el pasado han traicionado al tricolor.

Valdría la pena que Ávalos Zempoalteca recordara las acusaciones que no hace mucho le endilgaron a Arévalo Lara, en el sentido de utilizar estructuras priistas y gubernamentales para lograr respaldos en la búsqueda del registro de su frustrada organización. ¿Por qué creer que ese trabajo a realizar será para el PRI en 2024? Si ya traicionó una vez, ¿por qué no dos veces?

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