La insensatez

Adriana Dávila Fernández

Es lamentable que hoy cobre más peso para el presidente la denuncia que sobre omisiones, errores y excesos del gobierno federal y su gabinete haga una figura pública, que las mismas manifestaciones de ciudadanas y ciudadanos afectados. Ante la llegada del Coronavirus, muchas y muchos médicos han salido a las calles para exigir a las autoridades les proporcionen el equipo y material mínimo para protegerse y atender a los enfermos. Ninguna respuesta oficial se escuchó al respecto.

Sin embargo, la denuncia que hizo el comediante Eugenio Derbez sobre la carencia de equipos de protección sanitaria para el personal de enfermería, doctoras y doctores, así como camilleros y administrativos dedicados a la recepción, atención y seguimiento de los enfermos que acuden a la Unidad de Medicina Familiar de la Clínica 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, Baja California, desató la ira presidencial.

La historia fue acompañada por quienes padecen esas mismas circunstancias; por el linchamiento público del denunciante en redes sociales por parte de los seguidores del gobierno que fue señalado; por la descalificación de la autoridad local responsable que negó los hechos y, finalmente, por el reconocimiento que hizo el propio gobernador Javier Bonilla de las muchas carencias que existen en el IMSS, al afirmar que «los médicos están cayendo como moscas«.

Lo cierto es que este hecho no sólo ha sucedido en Tijuana. Ha habido manifestaciones en Baja California Sur, Coahuila, Ciudad de México, Estado de México, Morelos, por mencionar algunos estados de la República. La falta de equipo de protección ha propiciado, no sólo la inconformidad y el contagio de médicos y personal de enfermería, sino la muerte de algunos profesionales de la salud.

Ante el reclamo, lo único que se le ocurrió al presidente fue señalar que hay una campaña en contra del gobierno que encabeza; ahora resulta que ‘fuerzas conservadoras’ buscan a personalidades como el deportista Javier “el Chicharito” Hernández; como la cantante Thalía y Eugenio Derbez para desacreditarlo, por lo que propuso adelantar la revocación del mandato para el mismo día en que se celebren las elecciones de 2021. Y bueno, se dice que en política no hay coincidencias, solo cálculos. Quizá la reacción del primer mandatario obedece a un distractor o a un mecanismo de defensa por la sensible baja de Morena en las preferencias electorales.

Caray, ¡cómo si en estos momentos de contingencia sanitaria esa fuera la inquietud de la población!  En verdad no hay cabida en Palacio Nacional para entender la gravedad de las crisis que tenemos. Lo único que sobresale es la insensatez y el culto diario del pastor.

Más que someternos, otra vez, al desgaste de la discusión para revocar el mandato presidencial, lo que sí valdría la pena hacer en estos momentos es la urgente y necesaria reorientación del gasto público, que debería revisar y proponer el Poder Legislativo. Es evidente la falta de voluntad política de Morena y sus aliados para discutir este tema que preocupa a las y los mexicanos.

Conforme avanza el número de casos positivos de COVID-19, el gobierno federal debiera asumir su obligación de informar, con transparencia y claridad, sobre los recursos que los gobiernos estatales deben recibir para afrontar esta emergencia sanitaria, ya que han tenido que adecuar sus propios presupuestos para hacer frente al reto que tienen; es decir, su presupuesto ordinario es insuficiente para esta situación extraordinaria.

Como el gobierno federal controla el 90 por ciento de los recursos presupuestales, es posible que pueda asignar recursos extras a los estados para que estos puedan llevar a cabo sus actividades con prontitud y así preservar la salud y la vida de sus habitantes.

Es por ello que los gobernadores de Acción Nacional, en un acto responsable para no poner en riesgo a sus sistemas de salud, han solicitado: 1) un inventario transparente de la capacidad hospitalaria, médica y de medicamentos con los que se cuenta a nivel federal; 2) pruebas moleculares suficientes para aplicar al mayor número de habitantes y así contar con un diagnóstico real de personas infectadas; 3) mascarillas para médicos, enfermeras y camilleros que se distribuyan a la brevedad, así como ventiladores suficientes para los enfermos que lo requieran; 4) recursos extraordinarios etiquetados para atender el problema del Coronavirus.

Este llamado aplica para todos los mandatarios estatales, porque conllevan sensatez técnica y serán funcionales para los propósitos sanitarios que se persiguen.

Lamentablemente y además de la emergencia sanitaria, están por llegar tiempos aún más complicados para nuestro país en materia de economía y de seguridad. La falta de acciones concretas de la autoridad es alarmante para un pueblo que vive preocupado y en la incertidumbre. Lo cierto es que muchas y muchos que ayer apoyaron el proyecto electoral de Morena, hoy están desilusionados ante la incapacidad de su líder político y de un gabinete omiso.

 

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*