La prensa entre dos grupos

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Aunque no debería extrañar porque así ha sucedido en otras ocasiones, en medio de una total obscuridad se llevó a cabo el relevo de Leonel Tlalmis Robles como titular de la Oficina para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas. Llega en su lugar Víctor Manuel Ávila García.

El relevo se da tres semanas después de una denuncia realizada por la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala (UPET), por intentos de censura por parte del presidente municipal de Zacatelco, Hildeberto Pérez Álvarez, para que diversos medios de comunicación no cubrieran informativamente el relevo de la persona que estaría al frente de la fiscalía de la parroquia de Zacatelco. A ese cargo, finalmente, llegó Joel Sánchez Hernández.

En su momento, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) realizó un pronunciamiento en defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información, derechos “consagrados en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política Federal, así como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros instrumentos jurídicos internacionales”.

No pudo hacer lo mismo la Oficina para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, que se quedó callada y sin hacer algo al respecto. Por lo menos no que se conozca públicamente, como debía haberlo hecho. Sin embargo, en descargo de Leonel Tlalmis, no lo hizo, no por una falta de interés en un tema que era de su completa incumbencia, sino por instrucciones cuyo origen se encuentra en la Secretaría de Gobierno.

Efectivamente, Sergio González Hernández, titular de la Secretaría de Gobierno, fue quien ordenó que la Oficina de referencia no hiciera ningún pronunciamiento, a pesar de que ya lo había solicitado la presidencia de la UPET.

Ese hecho, tan solo, es fiel reflejo de las ataduras con la que trabajó, y trabaja, la Oficina para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, que administrativamente depende de la Secretaría de Gobierno.

Pero no es el único caso. También se encuentra todo lo sucedido con respecto a la creación de la iniciativa para crear la Ley para Personas Defensoras y Periodistas, que originó una serie de trabajos previos, incluidos, entre otros, diversos foros de discusión en los que se incorporaron representantes e integrantes de las organizaciones de periodistas existentes en Tlaxcala. Ninguna de ellas, que se recuerde, de derechos humanos.

En julio del año pasado, esa iniciativa de Ley fue presentada en las instalaciones de la Coordinación de Comunicación del Gobierno del Estado, pero de entonces a la fecha no ha habido avances. Tanto es así, que recientemente la diputada local priista Diana Torrejón Rodríguez convocó a una reunión en el Congreso del Estado para presentar una iniciativa propia.

Habrá que ver, sin embargo, qué tan propia es esa iniciativa considerando que la legisladora es proclive al gobierno estatal en turno. Vale la pena recordar que la iniciativa trabajada por Leonel Tlalmis proponía la desaparición de la Oficina para Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, por una Coordinación Ejecutiva como organismo público descentralizado del Poder Ejecutivo.

Viéndolo de esa manera, no hay ninguna esperanza, ni siquiera vaga, de ver en el futuro una verdadera autonomía en la toma de decisiones de ese organismo que estará encargado de proteger a las personas defensoras de los derechos humanos y periodistas. Ninguna, mientras siga perteneciendo al Poder Ejecutivo.

Más bien al contrario, habrá que estar vigilantes de que esa futura Oficina o Coordinación no trabaje con fines netamente políticos, como ahora claramente se muestra con la selección de su nuevo titular, Víctor Manuel Ávila García. El grupo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya se fortalece con otra posición importante, si se considera que tiene que ver con el tema informativo.

Y para más claridad, si Sergio González Hernández –a cuyo grupo se ubica la vocera del gobierno- le ha declarado la guerra política a Alfonso Sánchez Anaya, entonces preparémonos para una guerra interna más cruenta en busca de la candidatura por la primera fórmula al Senado de la República.

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