Lo peor que nos puede pasar…

Por: Adriana Dávila Fernández

En muchos aspectos ha fallado el gobierno morenista, pero lo que sí ha hecho -y le ha salido muy bien-, es encender, exacerbar los ánimos para que el enfrentamiento entre mexicanas y mexicanos, a favor y en contra de esta opción política, continúe. Esto le viene como «anillo al dedo» para mantenerse en el poder y, en este tiempo electoral, tratar de conservar la mayoría parlamentaria para terminar con su lamentable «proyecto de Nación». Nunca se nos dijo que este proyecto nos haría tanto daño.

Desde diciembre de 2018, México tiene más problemas, asuntos por resolver, actividades por realizar y un sinfín de fuegos que apagar, en la economía, en la salud pública, en la inseguridad que no cesa. Y todos estos males se agudizaron con la llegada de la crisis sanitaria. Por desgracia, se debe reconocer que las cosas han empeorado para el grueso de la población.

Muchos apostaron por un cambio de ruta democrático y pacífico. Otorgaron su voto de confianza a una serie de promesas de campaña que incluía regresar al Ejército a los cuarteles, acabar con la inseguridad pública, crear miles de fuentes de empleo para generar riqueza, tener un crecimiento económico de cuando menos el 6%, entre otras muchas. Y la realidad en datos ha demostrado que hoy estamos peor que cuando se pensaba que las cosas iban mal.

El despilfarro del presupuesto público en las prioridades que solo lo son para este gobierno, ha dejado sin atención hospitalaria y sin medicamentos a pacientes de Covid-19, de cáncer, de enfermedades terminales, y a médicos y enfermeras, sin los insumos necesarios para atenderlos; ha abandonado a miles de dueños de micro, pequeñas y medianas empresas; ha quitado la posibilidad de que mujeres violentadas, junto con sus hijas e hijos, puedan ir a un refugio seguro. Todo esto ha sucedido en nombre del «ahorro» del gobierno, que se «defiende» como austeridad republicana, pero que cada vez más provoca la irritación social.

Son preocupantes ciertos acontecimientos que se han vivido en distintos lugares dela República Mexicana, porque demuestran las reacciones violentas de quienes ven afectadas, ignoradas y desatendidas sus necesidades y demandas.

En la presa de La Boquilla, en Chihuahua, agricultores concentraron unas cinco mil personas para defender su derecho al agua, lo cual provocó un enfrentamiento contra los soldados que dejó, hasta el momento, una persona fallecida.

Mujeres que mucho han padecido y que no encontraron respuesta para ellas o sus familiares, han decidido tomar las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en la Ciudad de México… utilizar mecanismos alternos para exigir que la autoridad cumpla con su deber. En resumidas cuentas, este órgano ha perdido legitimidad, pues ya no representa una instancia autónoma dispuesta a denunciar los abusos de poder.

Ante lo peligroso y lo preocupante de estos actos, el gobierno morenista solo insiste en culpar al pasado neoliberal y a los gobiernos locales, cuando lo que mujeres y hombres de bien quieren es vivir en paz, con la garantía de todos sus derechos y libertades, sin que efectivamente nadie se encuentre ni apartado ni por encima de la ley. La falta de atención y respuesta de la autoridad empuja a que muchas y muchos ciudadanos tomen causes ajenos a las vías legales y se manifiesten por hacer justicia a mano propia.

En esta compleja etapa de pandemia nacional, económica, sanitaria y de inseguridad, lo peor que nos puede pasar es el estallido social. Estamos a tiempo para serenar los ánimos. Está en nosotras y nosotros cambiar, no caer en provocaciones, no caer en la tentación de la confrontación, venga de donde venga. Tenemos que defender nuestros derechos con la ley en la mano.

 

 

 

 

 

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*