Los mandos militares y el «ya basta»

Por Miguel Ángel López Farías

El viernes 16 de octubre cuando México se despertó con la noticia de la detención del General Salvador Cienfuegos en California, en el programa Urbe de Hierro se mencionó que nunca se había ofendido de tal manera a los militares, al señalar a uno de los más queridos y respetados de los suyos como protector de un narcotraficante de «medio pelo», no al Chapo, no al mencho, a un segundon nayarita.

También se dijo en el espacio informativo transmitido por abc radio 760 AM, el lunes 19 de octubre, que el fin de semana habría sido de un constante ir y venir de mensajes de oficiales y altos mandos del ejército en donde se se decían traicionados por su comandante supremo a quien miraban con extrañeza por no defender a uno de los suyos, que era vergonzosa la actitud del gobierno de México ante esa operación de la DEA, que aparentaba ser de corte electoral para apoyar a un Donald Trump realmente desesperado por lo que vendría; su derrota ante Biden.

Fueron días en los que hombres más poderosos del ejército dejaron entrever molestia y ese mismo lunes de octubre desde la mañanera el presidente López Obrador lanzó esto: «Quiero decir que como en el caso de García Luna, todos los que resulten involucrados en este otro asunto del general Cienfuegos, que estén en el gobierno o en la Secretaría de la Defensa Nacional van a ser suspendidos, retirados y si es el caso, puestos a disposición de las autoridades competentes. No vamos nosotros a encubrir a nadie. Ya pasó ese tiempo».

Las miradas entonces voltearon hacia el actual secretario de defensa, el general Crescencio Sandoval, el fue jefe de operaciones de Cienfuegos y después nombrado como jefe de la séptima región militar en Tamaulipas, un hombre cercano al hoy detenido.

El enojo de los militares no se quedó en comentarios de café o en chats encriptados, le hicieron saber al mismo comandante supremo que está acción era una afrenta, pero se toparon con la terquedad presidencial, hasta que las voces de personajes cercanos al jefe del ejecutivo convencieron a su jefe de la necesidad de evitar un choque frontal en contra de ellos, los de verde olivo le darían la espalda a alguien que los había traicionado, entonces vino toda la operación a manos del consejero jurídico de presidencia, del propio Gertz Manero en la fiscalía y el tejido fino del canciller Marcelo Ebrad quien se encargó de realizar directamente la petición a la oficina de estado de los EUA, pedirles retiraran todos los cargos en contra de Cienfuegos, los de Trump se negaron pero desde ahí viene la advertencia de que México se vería obligado a limitar las operaciones de la DEA en nuestro territorio, la agencia antidrogas, (no hay que olvidar) se sintió traicionada por el gobierno mexicano cuando ellos tenían la localización y detención de Ovidio Guzmán en Culiacán, Sinaloa.

Después la crisis de armas y la posterior liberación del hijo del Chapo, por órdenes del presidente AMLO, provocando en los agentes estadounidenses un sonoro berrinche ante lo que llamaron traición; razón por la cual decidieron irse «por la libre» y no avisar que capturarían al ex secretario de defensa mexicana.

El gobierno del saliente Trump concede está pieza a Obrador, el General Cienfuegos esta a horas de pisar tierra azteca, lo hará libre y seguirá así, el sombrerazo electoral del mandatario de Palacio nacional se ha quedado sin efecto, deberá cumplir con su palabra ante los altos mandos del ejército de no llevarlo a prisión.

Pero tal y como lo hemos venido señalando son varios casos que en su momento surtieron efecto mediático que le funcionaron al presidente, que por lo endeble de su construcción comienzan a mostrar fisuras en sus paredes, Lozoya y lo poco creíble que se va tornando todo, la estafa maestra y la serie de errores en el armado de los procesos que poco a poco irán dejando libres a los acusados; lo de Odebrecht, las pocas pruebas sobres el destino de los 10.5 millones de dólares que recibió Emilio Lozoya.

Ahora lo del general Cienfuegos, el cual da un giro y se muestra como una de las oigas más graves de ésta administración, tanto en su prevención como en su operación.

Los cadáveres de los fracasos se siguen acumulando, a una administración que no sabe cómo salir de la ratonera que desde su populista posición construyó. Lo que todas las voces han advertido sobre el desastre de las cosas, hoy los militares lo logran: enmendar la plana al presidente de la República.

No es regaño, es Picotazo Político

Miguel Ángel López Farías

Historiador. Director y conductor del programa radiofónico ‘Urbe de Hierro’, transmitido por ABC Radio 760 AM.

Vicepresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT).

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