Más de mil

Por: Adriana Dávila Fernández

En lo que representó una nueva farsa sobre lo que significa el parlamento, el espíritu democrático y la importancia de las decisiones a tomar, la mayoría de Morena y sus aliados decidieron una vez más obedecer, sin restricción alguna, las órdenes dadas desde Palacio Nacional y votaron a favor de eliminar y quitar del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ejercicio Fiscal de 2021 recursos económicos a programas y fondos que sin duda alguna impactarán la economía familiar, la seguridad pública, la educación e inclusive las actividades de justicia y democracia en pleno año electoral.

En una sesión maratónica -la cual inició la tarde del martes y terminó apenas hace unas horas-, se demostró una vez más que el Parlamento Abierto, que tanto presume el Poder Legislativo, solo sirve para simular que se abren espacios de participación en los que expertos y representantes de las organizaciones de la sociedad civil tienen la posibilidad de exponer ideas, manifestar inquietudes y preocupaciones, porque a final de cuentas, nada de lo dicho y expresado por estos sectores se toma en cuenta.

Ante las más de mil reservas a diversos artículos, se respondió con más de mil necedades, mil negativas, sin argumentaciones de fondo. Nada de lo dicho por Morena y sus aliados sostuvo argumentos técnicos de peso para evitar recortes presupuestales importantes, solo recuentos del pasado neoliberal, insultos desde la máxima tribuna y razonamientos carentes de sustento, todos sin la menor intención de justificar las decisiones.

Está claro que el único interés del gobierno de Morena es el de allegarse de la mayor cantidad de dinero posible para distribuir a una clientela muy específica, sin reglas de operación, sin transparencia, para un uso discrecional y con un abierto debilitamiento financiero a la autoridad electoral, para evitar que cumpla con sus deberes y obligaciones en un proceso tan importante como el del 2021.

Contrario a lo que se ha dicho al pueblo de México, ni la salud, ni el empleo ni el crecimiento económico, ni la educación, ni la seguridad son temas prioritarios para Morena. Ni siquiera le importa el establecer condiciones mínimas de desarrollo estatal para que la vida de millones de mexicanas y mexicanos que viven en las entidades federativas sea mejor. Todo lo contrario, han apostado a las reducciones a los estados y municipios de alrededor del 9%.

No entiende que el recorte no es para los gobernantes, sino para los gobernados, y solo porque el inquilino de Palacio quiere desquitarse de los gobernadores integrantes de la Alianza Federalista, no se defiende el federalismo. ¡Qué daño va a hacer este injusto pacto fiscal a los sectores productivos y a las familias mexicanas!

Los recortes de Morena: 33 mil millones al fondo para VIH y cáncer; no más recursos para seguridad en los estados, ni para las casi 25 mil escuelas de tiempo completo, ni para salvar al campo, ni para fomentar programas para emprendedores; recorte del 92% al programa de apoyo al empleo; cero respaldo al fortalecimiento de las policías estatales y municipales. Pero lo que queda inamovible es el recurso para las obras faraónicas presidenciales.

No representa un presupuesto acorde a las necesidades del país en estos momentos. Lo cierto es que este presupuesto es, como el de los dos años anteriores, sin estrategia ni proyecto, que se recorta para favorecer a programas sociales; es un presupuesto que no atiende a fondo las demandas de la población; es un presupuesto que reduce al mínimo los gastos de operación y funcionamiento de las dependencias gubernamentales.

Es lamentable la forma en que se da la espalda a la población, pero como oposición, seguiremos dando la batalla y alzaremos la voz para denunciar las injusticias.

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