MONDEÑO: El torero fraile

Por Oswaldo López Sánchez

Fotos: Internet

En el año 1966 se estrenaba la película Fray Torero, protagonizada por el matador sevillano Paco Camino. La película relata la historia de un joven fraile que, empujado por la necesidad de ayudar al convento y su desmedida afición a los toros, decide convertirse en torero, adquiriendo fama, popularidad y solvencia económica, salvando al convento de los planes de ser derribado.

Una trama sólo para la imaginación de los cineastas, que tuvo un resquicio de realidad en la figura de un torero que, empujado por la vocación de monje, colgó el terno de luces y se enfundó en uno distinto. Nos referimos a Juan García “Mondeño”.

Juan García Jiménez “Mondeño” (Puerto Real, Cadiz, 1934 – Sanlucar La Mayor, Sevilla, 2023) fue figura del toreo dentro de esa baraja extensa de la década de los sesenta, donde destacó por su toreo valiente, vertical y solemne. No fue torero por vocación, sino por la necesidad de salir adelante y apoyar en las necesidades de casa. Se codeo con las grandes figuras de aquellos años (Camino, Puerta, El Viti, Ordoñez, El Cordobés entre otros) y vio su nombre colgado en los carteles de los principales cosos de España e Hispanoamérica.

De personalidad retraída y misteriosa, pronto se ganó el respeto de los entendidos del mundo del toro, por su trayectoria iniciada a los 22 años de edad. Debutó en 1956 como sobresaliente de un rejoneador en el Puerto de Santa María, Cádiz. Su carrera como novillero fue exitosa, aunque no exenta de algunos percances graves, como el recibido en la población extremeña de Zafra, en 1957, que le obligó a usar una prótesis ortopédica por la afectación del nervio ciático, llegando incluso a actuar con dicho aparato.

Recibió la borla de matador de toros en Sevilla, en 1959, de manos de Antonio Ordoñez, con el testimonio de Manolo Vázquez. Confirmó el doctorado en Madrid al año siguiente y con los mismos alternantes. La confirmación en el coso de Insurgentes la realizó en el año 1962 de manos de Jesús Córdoba y Joselito Huerta, con toros de Mimiahuapan.

Cuando Mondeño disfrutaba de una trayectoria ascendente, sorprendió a muchos cuando, en 1964, anunció su retirada de los toros, para formar parte de la orden de los dominicos. Asistió a la toma de hábitos vestido de corto, ceremonia que causó un gran revuelo social, tanto que el Noticiero cinematográfico de aquellos años (NO-DO) cubrió esta ceremonia.

La vocación de monje duró poco y en 1966 decide volver a los ruedos en Marbella, junto a Paco Camino y Manuel Benítez “El Cordobes”. En 1969 Mondeño se retira del toreo y tras ello se desvincula definitivamente del mundo taurino, fijando residencia en París, Francia, alternándose con estadías duraderas en Sanlúcar La Mayor, Sevilla.

Mondeño, además de monje, es recordado por ser apoderado por una mujer, Lola Casado y por participar en la película La Becerrada, junto al actor Fernando Fernán Goméz y por aportar una suerte al toreo de muleta, denominada Mondeñina.

Hace unos días, cuando alboreaba el año 2023, este ilustre torero dejaba el ruedo de la vida, para emprender el viaje al coso celestial. Aquí nuestro recuerdo a un maestro del toreo.

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