Tlaxcala, Tlax; 12 de mayo de 2022
Algo se le está saliendo de las manos a las autoridades encargadas de «cuidar» la seguridad de los ciudadanos cuando actúan con violencia para contener manifestaciones como lo que ocurrió en la marcha de estudiantes y profesionistas quienes buscando a la gobernadora para proponerle mejores condiciones de desarrollo para los jóvenes, fueron reprimidos por la fuerza pública que actuó con abuso y exceso y cuyo resultado fue una detención arbitraria y golpes a varios de ellos.
No eran jóvenes pidiendo por la fuerza nada; al menos no como otros que secuestran autobuses, choferes, cierran autopistas y no pasa nada; no eran bandoleros haciendo pintas o destrozando cosas a su paso, al menos no llevaban aerosoles ni palos, ni bombas caseras, tampoco iban encapuchados. Eran hombres y mujeres buscando mejores oportunidades de estudio, becas y posibilidades de mejorar su futuro.
Elementos de la policía estatal golpearon al menos a cuatro jóvenes, que iban armados pero con pancartas cuyas leyendas decían «el futuro de Tlaxcala tiene derecho a más y mejores condiciones educativas, culturales y de intercambio social», «nosotros también somos Tlaxcala», «somos el presente y el futuro y demandamos nuestro derecho a una educación integral» etc.
Lo que logran con esto, es que la sociedad no sólo se ponga de parte de los manifestantes sino que se den cuenta del proceder incorrecto de la policía y no sólo se trata de percepción, hay testimonios y videos que así lo demuestran.
Yo creo que no era necesario, su actuar fue equivocado, mal coordinado, mal dirigido y mal ejecutado y si así están las cosas, no pintan nada bien. Buscando ser escuchado a veces se termina por ser golpeado.
Quien encabezó la marcha, Javier Torres, detenido y golpeado, aseguró que al final de cuentas lo que importa es que lograron el objetivo de ser escuchados y ojalá logren lo que se proponen, apoyar a jóvenes para estudiar, trabajar y certificarse en el extranjero. Ojalá lo logren, ellos quieren sólo una oportunidad, no sólo extender la mano para recibir dinero a cambio de votos.
Gracias por leerme en este espacio; hasta la próxima si no pasa otra cosa.
América Montoya
