Marco Antonio Ferriz Z.
Si algo quedó claro con la votación en el Senado de la República, donde se autorizó que el Ejército seguirá en las calles hasta marzo de 2028, es que la coalición Va por México está muerta.
Tiene razón al afirmarlo el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano Grijalva: “en todo caso mantendremos un trato, quizá más consistente, con los priistas que quieran caminar en defensa de los valores democráticos de nuestro país”.
Si lo anterior se concreta, en la boleta electoral de 2024, para la Presidencia de la República, veremos una alianza conformada solo entre Acción Nacional (PAN) y el PRD. El Revolucionario Institucional (PRI) irá en solitario, probablemente postulando una candidatura débil que en apariencia competiría, pero que en realidad daría más herramientas al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para ganar los comicios presidenciales.
El escenario no se ve de otra forma si los priistas no se definen, de una vez por todas, por la salida de Alejandro Moreno Cárdenas como dirigente nacional del PRI. Esa salida es imprescindible para que el acercamiento entre dirigencias vuelva a concretarse, pero de no suceder, la debacle priista se agudizaría.
Tlaxcala es fiel reflejo de la crisis tricolor con la permanencia de una dirigencia interina que de nada sirve. Hasta hace unas semanas se aseguraba el arribo a la dirigencia de la ex candidata priista a la gubernatura, Anabell Ávalos Zempoalteca, sin embargo, con el actual escenario tal arribo ya es incierto.
La actual circunstancia del PRI lo afecta como partido, pero también perjudica su estructura y su militancia, la cual es muy probable busque acomodo en otros institutos políticos. Con ello, la candidatura al Senado de la República, vía la primera fórmula, de la misma Anabell Ávalos, no tendría ningún sentido porque otras fuerzas políticas tendrían más oportunidad de alcanzar esa posición.
Es decir, lo anterior pone en franca competencia a la probable coalición PAN-PRD y también a Movimiento Ciudadano, incluso con una posible coalición entre esos tres partidos políticos. Y si tal escenario se materializa, el PRI estaría totalmente desplazado.
Algo similar sucedería en el caso de las diputaciones federales, es decir, un PRI con mínimas probabilidades de triunfo y sus candidaturas rumbo al matadero. Por eso mismo, lo que sucede en Movimiento Ciudadano no debe perderse de vista.
Pareciera ahora que al escenario de un PRI en picada ya lo observa el grupo marianista, y por eso mismo manda a varios de los suyos a Movimiento Ciudadano para buscar candidaturas, incluso la dirigencia estatal. Sin embargo, tampoco hay que perder de vista el coqueteo que hasta hace algunas semanas el partido naranja tuvo con Anabell Ávalos para incorporarla a sus filas.
En resumen, el escenario para 2024 apenas comienza y falta mucho por ver, entre lo cual se encuentra lo que sucederá en la elección del Estado de México, sobre todo por las alianzas que ahí se concretarán. Sin embargo, mientras eso sucede, es un hecho que el PRI se aproxima cada vez más al precipicio y con altas probabilidades de ser consumido por Morena. Ya veremos cuál es su destino final.