Por Oswaldo López Sánchez
Son muchas las historias que engloban el nombre de las ganaderías de bravo. Están aquellas que lo reciben por el titulo nobiliario del propietario, la denominación de la finca, las condiciones del terreno donde se sitúa, el nombre del dueño, la devoción religiosa etc. Pero de todas ellas, llama la atención el nombre que recibió una ganadería venezolana que en su tiempo gozo de gran prestigio en el orbe taurino, hablamos de la Cruz de Hierro.
A manera de resumen, decir que esta ganadería la formo Don Orlando Echenagucia (D.E.P.) en la década de los ochenta con ganado de Los Aranguez, de procedencia Santa Coloma via Buendia. Posteriormente refrescó su hato con un toro procedente de la ganadería mexicana de Garfias y reforzó la rama Buendia con la implantación de embriones fecundados, siendo los primeros ganaderos en el uso de esta técnica innovadora en aquel país.
Corbatero, Rey del Campo, Viudo Alegre, Separado fueron nombres que dieron lustre a esta casa ganadera, durante el tiempo que estuvo en activo y siendo estoqueados por los coletudos de alto rango de hispanoamerica y europa.
Pero a todo ello, ¿de dónde viene su denominación? Su nombre se remonta a la fundación de la ganadería, en la finca llamada El Caimito, en el municipio de San Fernando de Apure. Durante la construcción de la finca se halló una cruz de hierro, junto con los restos de un infante. Tras hacer un nicho a esta figura infantil, a sus propietarios les parecio una gran idea que su marca fuese el crucifijo y que aquel impúber fuese el arcángel que acompañase a sus toros allá donde lidiasen.
Sus propietarios siempre mantuvieron la idea de que ese angelito les guiase al éxito y no al infortunio, pues durante su trayectoria, ningun toro de esta casa pegó cornada alguna a diestro que los lidiase. Por el contrario, siempre fueron emblema de bravura y nobleza.
Infortunadamente esta casa ganadera desaparecio en el año 2017 tras las circunstancias que asolan a aquel país. La escondida y el rincón de los toros fueron el asiento de una divsa, cuyos colores naranja y verde llevó en todo lo alto ese arcángel, cuyo lema era: Esta ganadería sea conocida siempre por su bravura y nunca por la desgracia.
Fuente:
El Toreo y su sombra.
Nuestro Campo Bravo – Cmm (2008).
Portal Aplausos. Mayo 2017.