La cotidianidad de las mujeres

Por Elsa Cordero Martínez[1]

Es tiempo de las mujeres

Leo y escucho, cada vez con más frecuencia “que es tiempo de las mujeres”, pensar que esto es una concesión, o algo que ocurrió  de pronto,  por gracia del tiempo, es desconocer las luchas de generaciones, las luchas de mujeres que se rebelaron ante un  sistema patriarcal, es omitir la acción de sociedades inconformes con una jerarquización por absurdas razones  de sexo o género, de exigencias para colocar a los derechos  humanos bajo la concepción de  real protección y respeto,  ignorar los reclamos de grupos de irreverentes -valientes- que no se quedaron calladas, desconocer que la lucha, incluso,  costó la vida a muchas.

¿Es realmente tiempo de las mujeres? Si, si es nuestro tiempo, pero no debemos pensar por ello, que lo logrado,  es suficiente,  porque estamos   apenas al inicio para constatar  a partir de los avances normativos,  la consolidación de una cultura que nos vea, que nos sienta y nos respete como iguales;  de acciones afirmativas que también emprenden nuevos resultados,  estamos ante avances  que de pronto se estancan,  ante un inflexible sistema patriarcal, que se resiste.  Es tiempo de las mujeres, es tiempo de entender, que nosotras estamos, que queremos ser incluidas y respetadas y que somos parte de todo.

 Una tlaxcalteca preside el Senado

La conocí en la Universidad Pública, en la que ambas nos formamos, posteriormente coincidimos en el Honorable Congreso del Estado de Tlaxcala en la Quincuagésima Novena  Legislatura, en la que fue diputada local, representando el distrito de  su municipio natal. Desde el principio, se  distinguía por la fuerza de su discurso y la rebeldía ante causas injustas. Como mujer, como mujer de Tlaxcala, me siento emocionada y  orgullosa de constatar como, posterior a la preparación, a la disciplina y a saber esperar mejores tiempos, hoy la Senadora Ana Lilia Rivera, preside la Mesa Directiva de la Cámara de Senadoras y Senadores del Estado Mexicano. La Senadora posee una serie de virtudes por las cuales  le auguramos una gran gestión y entrega de buenos resultados, siempre ha sido cercana a los movimientos sociales, ha sido constante con una  visión para dotar de más  recursos a quienes menos tienen, encabeza una férrea lucha por el reconocimiento y el cuidado alimentario y  por el maíz -que además para las y los tlaxcaltecas es parte de nuestro origen-.

Enhorabuena  para la Senadora de mi Tierra, enhorabuena para la abogada defensora de causas justas, alguien preparada y que lleva en alto los movimientos que representa, una mujer con una virtud que en este momento el país necesita: congruencia.  Confiamos  que desde su alto encargo, será aliada de las mujeres y de su empoderamiento .

Mujeres tomando decisiones en las más altas esferas de poder, mujeres congruentes con una visión justa, eso lo queremos cotidiano.

Mujeres trabajadoras

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE),   que es la principal fuente de información sobre el mercado laboral mexicano reportó  que en el primer semestre del año se incorporaron 200,000 mujeres al mercado laboral, destaca que el trabajo de las mujeres impulsa indudablemene al mercado laboral. Recordemos que las mujeres fueron las más afectadas ante la pandemia y sus consecuencias,  sin embargo  la recuperación del empleo femenino ha sido más dinámica, pero todavía enfrentamos retos diversos pues el  80 % de las mujeres que trabajan se desempeñan en sectores “feminizados” que se han relacionado socialmente  con las  tareas femeninas, aquellas que deben hacer las mujeres por ser mujeres, tienen menos acceso a  la tecnología y somos  tradicionalmente a quienes se nos responsabiliza de las labores de cuidado,  lo que se traduce en dobles o triples jornadas laborales.

Si bien,  es positivo que haya  un incremento de la  participación femenina  en el trabajo remunerado, lamentablemente la carga de cuidados no disminuye. De la población económicamente activa  el 59.31% son hombres y el 40.68% somos mujeres,  en las poblaciones no económicamente activa  el  28.15% son hombres y el 71.84%  mujeres, [2] mientras que las horas trabajadas en casa y en trabajos de cuidados no remunerados  que son  en promedio  37, los hombres trabajan 19 y las mujeres 42, es decir más alla del promedio y duplicando las horas de  los hombres.

En la brecha salarial,  además de las diferencias salariales en trabajos iguales,  no pueden obviarse estas dobles jornadas de trabajo, o la informalidad y negativa al acceso a la seguridad social, lo cual complejiza la condición de las mujeres.

Desafortunadamente la incorporación de las mujeres al mercado remunerado no ha estado acompañada de una redistribución de las tareas de cuidado y del trabajo doméstico.   Por eso,  temas como la  flexibilización laboral, reasignación de las labores de cuidado, y acciones claras contra la todavía desafortunada brecha salarial, son  temas pendientes y de urgente abordaje y atención.  De ahí que felicitamos la importante labor de la Asociación Mexicana de Juzgadoras A.C. que este fin de semana desarrolló el Congreso “Doble jornada laboral de las mujeres. Retos para visibilizar el trabajo de cuidados” del cual permaneceremos atentas a sus conclusiones,  derivadas del análisis de mujeres juzgadoras expertas y reconocidas en todo el país.

Queremos cotidiano. Todos los esfuerzos para empoderar a las mujeres, para lograr su acceso a la igualdad laboral, salarial y al reparto igualitario en las labores de cuidado, eso lo queremos cotidiano.

[1] Magistrada en Retiro.

[2] https://mexicocomovamos.mx/mercado-laboral-y-genero/

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