Morena y sus “corcholatas” locales

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Guardadas las proporciones, las funcionarias y funcionarios del gabinete estatal deberían seguir el ejemplo que, se supone, darán todas las “corcholatas” del Partido Movimiento de Generación Nacional (Morena) que aspiran a la presidencia de la República: renunciar a sus cargos para disputar la candidatura.

Eso deberían hacer, por ejemplo, el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández y el secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, dos aspirantes al Senado de la República. No son los únicos, también hay funcionarios del ámbito federal y legisladores federales que aspiran a otro cargo de representación popular para colocarse en posición de salida rumbo a la gubernatura de Tlaxcala que se disputará en 2027.

Pero nadie renunciará. Hacerlo sería un suicidio político porque estarían fuera de todo reflector. En este momento todos los ojos están puestos en la competición interna morenista en la que se definirá la candidatura por la presidencia de la República.

Sin embargo, después del próximo 15 de septiembre, fecha en que se supone ya estará definida la candidatura presidencial, vendrá el banderazo para buscar candidaturas a cargos de elección popular federales y locales. Mientras eso sucede, quien pagará las consecuencias serán los tlaxcaltecas. Y no es exageración.

Incluso, quienes en los medios de comunicación simpatizan con el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros admiten en corto, y algunos lo señalan a muy bajo perfil dentro de sus columnas, que existe una tremenda incapacidad del gabinete para resolver problemas. Como ejemplo hay varios, pero los más sobresalientes son el propio secretario de Gobierno, Sergio González Hernández; el secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses; el secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández; el secretario del Medio Ambiente, Luis Antonio Ramírez Hernández; y la procuradora General de Justicia, Ernestina Carro Roldán. Y la lista se queda corta.

Ya llegarán los tiempos de los cambios sustanciales dentro del gabinete estatal. Mientras, quienes todavía se encuentran en funciones públicas deben aprovechar los últimos meses que les quedan para conformar estructura propia. No todos tendrán esa capacidad, como seguramente es el caso de los funcionarios federales.

Incluso, para quienes están en el gabinete estatal la conformación de estructuras que apoyen sus propósitos aspiracionistas está demasiado lejos. Un buen ejemplo es el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, quien ha sido incapaz de formar la suya a pesar de que ha tenido oportunidad de hacerlo al haber ocupado diferentes cargos de elección y puestos importantes dentro de la administración pública.

Si bien es similar el caso del secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, la diferencia estriba en que su padre, el ex gobernador, sí cuenta con una bien consolidada y la ha puesto a trabajar en favor de su retoño. No por algo llegó a la gubernatura y ha establecido una alianza política con la gobernadora Lorena Cuéllar que le permite tener cargos dentro del gabinete y del Congreso local.

Sin embargo, más allá del dedazo, en la definición de candidaturas también incidirá una estructura propia bien aceitada que proporcione votos el día de la elección. Andrés Manuel López Obrador lo ha dicho: no sólo está en juego la presidencia de la República, sino la mayoría calificada en el Congreso de la Unión para impulsar futuras reformas constitucionales.

Comentario: Mal momento y peor escenario ha escogido el exgobernador Marco Antonio Mena Rodríguez para hacer su reaparición política. Concluyó su gobierno y se fue por la puerta trasera sin dar una explicación a la militancia de su partido, el Revolucionario Institucional, sobre lo que en su momento se le acusó: traición.

Aparece ahora y lo hace en un evento gubernamental encabezado por la gobernadora, a quien presuntamente entregó la plaza y con quien en sus últimas semanas tuvo acuerdos palaciegos, en lo obscuro, para definir dos Notarías y la una nueva presidencia en el Patronato de la Feria de Tlaxcala.

Antes de definir su participación en las elecciones de 2024, el ex mandatario está obligado a dar la cara a esa militancia priista que le reclama. Explicación no sólo por la derrota, sino por qué dejó en abandono al PRI, cuya presidencia debió salir inmediatamente después de la derrota de 2021.

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