Beatriz Paredes y Tlaxcala

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.
El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó este jueves los nombres de 43 personas prospectas a precandidatas y precandidatos a la presidencia de la República en las elecciones de 2024, entre cuya lista aparece la ex gobernadora y hoy senadora Beatriz Paredes Rangel.
Esa lista pareciera más una broma si se considera que a algunas de esas propuestas no están ni remotamente interesadas en esa candidatura. En tal sentido, el mandatario nacional hace publicidad gratis o da palos de ciego porque sabe bien que la mayoría de esos nombres están totalmente descartados.
Hay otros, sin embargo, que han expresado su interés por alcanzar la candidatura presidencial, como es el caso de Beatriz Paredes Rangel.
En el ámbito nacional son pocos quienes desestiman la trayectoria política de la tlaxcalteca, pero también son pocos quienes le dan posibilidades reales de alcanzar la candidatura. Su mejor tiempo ya pasó.
Todavía en 2012 tuvo la posibilidad de llegar a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México al ser postulada como candidata por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero un inexplicable “descanso” hizo que no hiciera campaña, con lo cual el tricolor perdió muchos votos en esa demarcación. Tal vez por eso es que el presidente Enrique Peña Nieto la ubicó como embajadora en Brasil, completamente alejada de la política real mexicana.
Pese a todo, esa misma trayectoria y su talento político indiscutible hicieron que le alcanzara en 2018 para llegar al Senado de la República por la vía de la representación proporcional. Ahora, sin muchos méritos logrados en los últimos años, pretende ser candidata presidencial.
Quienes la conocen le ven pocas posibilidades reales, sin embargo, sí ven en ella un interés genuino de seguir en la palestra política por varios años más, con el propósito de influir en ciertas esferas y espacios, uno de los cuales es su estado natal, Tlaxcala.
En el priismo hay voces que afirman que la ex gobernadora pretende ganar espacios de influencia, más de los que ahora tiene en la esfera pública con carteras otorgadas a cercanas y cercanos suyos dentro del gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros.
Por su puesto, uno de esos espacios es la dirigencia estatal priista, que sigue sin ser renovada pese al daño que eso mismo le ha hecho al tricolor en Tlaxcala. La intención, por supuesto, es relegar al grupo político de Mariano González Zarur y su hijo el diputado federal Mariano González Aguirre, que no ceja en su pretensión de llegar a la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI.
El grupo de la ex gobernadora simpatiza, sin embargo, con la ex candidata priista al gobierno estatal, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien en últimas fechas ha arreciado su activismo para hacerse de la dirigencia priista.
No son pocos los que señalan que pese a la crisis por la que atraviesa, debido a sus divisiones internas y a la pésima conducción de Alejandro Moreno al frente del Comité Ejecutivo Nacional, el PRI no está muerto en Tlaxcala y que puede resurgir de sus cenizas. En ese objetivo está centrada Beatriz Paredes.
Próximas las elecciones de 2024, diversos priistas consideran que así como la ex gobernadora dio su respaldo a Lorena Cuéllar Cisneros para ganar la gubernatura en 2021, en correspondencia la mandataria estatal dará a Paredes Rangel apoyo, el cual se podría traducir en votos en futuras elecciones.
En ambas políticas hay convergencia de hacer a un lado al grupo marianista y evitar cualquier posibilidad de regreso. Sin embargo, en el fondo hay también la certeza de que el PRI sobrevivirá a su actual crisis.
En tal escenario, Lorena Cuéllar conservaría una aliada estratégica y abriría, además, puertas de conciliación de cara a 2027 en caso de una debacle Morena, que no pocos ven venir después del retiro de López Obrador. Ya se verá.

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