El peligro de la reforma electoral

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.
En varios sentidos, el año no termina bien. A nivel nacional y a nivel local hay cosas y situaciones que empañan este fin de año y el venidero. A muchas personas no les importa, sin embargo, ese tipo de cosas. Tal vez porque ignoran que tarde o temprano les afectarán en un futuro no muy lejano.

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó ayer, en su mañanera, que estaba dispuesto a vetar la reforma electoral aprobada la madrugada de este jueves por el Senado de la República, si la “cláusula de vida eterna” impulsada por los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y del Trabajo (PT) no era eliminada por la Cámara de Diputados, instancia a la cual llegó de regreso ante las modificaciones realizadas por las senadoras y senadores.

Sin embargo, con el antecedente de que las mentiras presidenciales promedian 80 por día, su clientela electoral para la cual habla todos los días, seguramente creyó, como otras veces, los dichos de López Obrador. Horas después de su anunció se supo que la presidencia de la República alistaba una defensa jurídica antes las muy seguras impugnaciones que presentarían varios opositores a la reforma electoral.

Si no pasa nada extraordinario, la reforma electoral tendrá que ser definida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que por su parte se debate ahora mismo entre una polarización interna para definir a su próximo presidente.

Por lo pronto, en consenso y por una unanimidad que pocas veces se ve en su Consejo General, los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) ya advirtieron el serio riesgo de que el organismo se debilite, y en las reformas para lograrlo existan violaciones constitucionales. Por ejemplo, eliminar su estructura permanente al prescindir de consejos distritales y reducir al mínimo el Servicio Profesional de Carrera, le impediría contar con personal calificado como lo ordena la Constitución Política. Lo anterior, porque la reforma contempla eliminar 84.6 por ciento de las plazas.

Para decirlo claro, hay claros visos de que el gobierno de López Obrador intenta que el INE pierda su autonomía mediante su debilitamiento y su cooptación. Con la próxima renovación de tres consejeros electorales, entre ellos el presidente Lorenzo Córdova, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados intentarán sacar adelante propuestas suyas.

No es necesario cambiar número de votos en actas electorales, sino simplemente el hecho de permitir la utilización de cargos públicos para promover precandidaturas, y la intervención del presidente a favor de las candidatas y candidatos de su partido en plenas campañas. Eso ya hace dispareja la carrera comicial, que originará un sinfín de quejas y denuncias por parte de la oposición. La posibilidad de una mayor polarización es peligrosa. Veamos a Perú como ejemplo.

Nota: Este espacio de reflexión se despide por lo que resta del año. A las personas lectoras de las líneas que aquí se publican, un sincero deseo de que la Navidad y el año nuevo que se aproximan, estén llenos de salud, amor y las mejores buenas vibras.

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