Marco Antonio Ferriz Z.
Cuatro partidos políticos en Tlaxcala perdieron su registro ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) al no alcanzar el tres por ciento del total de la votación válida en ninguna de las elecciones de gubernatura y diputaciones locales, lo cual exigen la Constitución Política y la ley electoral. De los cuatro, tres lo perderan en definitiva, sin ninguna posibilidad de salvarlo: los partidos Impacto Social SÍ (PIIS) al obtener el 1.2 por ciento, Encuentro Social de Tlaxcala (PEST) al alcanzar el 1.3 por ciento y Encuentro Solidario (PES) al conseguir el 1.7 por ciento.
De acuerdo con la declaratoria realizada por el ITE, el Partido Socialista (PS) también perdería esa condición al obtener el 2.9 por ciento de la votación, equivalente a un total de 18 mil 161 sufragios. Sin embargo, considerando que el cómputo, la entrega de constancia y la validez de la elección en varios distritos electorales están impugnados, podría resultar que ese instituto político dé una sorpresa y al final alcance su registro.
No está lejos de hacerlo. La distancia entre mantener y perderlo es de apenas 301 votos. Es decir, menos del total de sufragios que puede recibir una casilla, que es de 750. Y vale recordarlo porque la pérdida de registro no se agota con la declaratoria que lleva a cabo el ITE, sino con las sentencias que realicen los órganos jurisdiccionales, en un primer término el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) y, en un segundo término, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
En el PS la confianza de no perder el registro es alta. Y hay motivo porque hay antecedentes. El más reciente data de 2015 e involucró al Partido del Trabajo (PT) cuando en la elección federal de ese año alcanzó el 2.91 por ciento, quedándose a 13 mil 514 votos por debajo de lo que necesitaba para mantener el registro.
Una sentencia del TEPJF, en el sentido de que el INE debía esperar hasta el resultado y el cómputo de una elección extraordinaria en un distrito electoral ubicado en el estado de Aguascalientes, le dio el registro al PT. Más preciso: al computarse el ciento por ciento de los votos de las 445 casillas de la elección extraordinaria en el Distrito 01 de Aguascalientes, el PT alcanzó los votos que necesitaba para conservar su registro.
En el caso de Tlaxcala son varios los cómputos distritales que están impugnados ante el TET. No se trata de esperar la nulidad en alguna elección distrital –que puede haberla-, sino apenas la modificación de resultados con la posible nulidad de casillas electorales. En el pasado ha sucedido y eso puede suceder en esta ocasión.
Sin embargo, independientemente de que el PS pueda o no salvar su registro, es un hecho que en las elecciones de este año no hizo bien las cosas. Le faltó trabajo político. Varios de sus militantes encumbrados en cargos públicos no trabajaron en comunidades y municipios como debían hacerlo.
Así que la pérdida de su registro representa un castigo, lo mismo para su militancia que para aquellos funcionarios que se sentaron en su escritorio esperando un buen resultado electoral. Y, no se diga, también para su lideresa moral, Rosalía Peredo Aguilar, a quien le faltó asomar la cabeza en la campaña. La confianza y los errores se pagan. Y el PS lo está pagando.
Comentario: En 2015, el Congreso del estado aprobó una reforma constitucional en la que se estableció que todo partido político estatal perdería su registro si no alcanzaba, al menos, el tres por ciento del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebraran para gobernador, diputados locales y ayuntamientos.
Sin embargo, del análisis de una acción de inconstitucionalidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó que el porcentaje en la elección de ayuntamientos contara para la pérdida del registro.
De no haber sido así, el PS habría alcanzado su registro sin problema alguno. No hubiese sucedido lo mismo con el PISS, el PEST y el PES. Ellos de ninguna forma se salvaban. Aún así, hoy cada uno hace su esfuerzo. Quién iba a pensar, por ejemplo, que el PEST –aliado de la coalición que postuló a Lorena Cuéllar- impugnaría el cómputo de la elección de la gubernatura. Lo anterior es fiel reflejo de desesperación para no perder el financiamiento público.