El saqueo

Por: Adriana Dávila Fernández

Por más que desde la oposición expusimos razones técnicas para que no se incluyera el Fondo de Gastos Catastróficos en el botín ofrendado a su rey imperial, no fue suficiente para frenar a la aplastante mayoría, empeñada en dar cabal cumplimiento a las instrucciones giradas desde Palacio Nacional.

Las bancadas de Morena y sus aliados avalaron reformas a la Ley General de Salud para que el Ejecutivo pueda disponer, de manera discrecional y sin ningún proceso de rendición de cuentas, de más de 33 mil millones de pesos, recursos destinados a la atención de 66 enfermedades catastróficas, entre ellas, los distintos tipos de cáncer, VIH SIDA, trasplantes, entre otras que tienen alto impacto, alto costo y mayor riesgo para las familias.

En pocas palabras, aprobaron el saqueo de estos recursos para mandarlos a la Tesorería de la Federación y posteriormente orientarlos a… ¿Salud? ¿No es mucha vuelta administrativa, con el peligro de que en los movimientos «algo urgente» desvié el destino de esos recursos?

Impotencia, frustración y pesar por el futuro incierto de las miles de familias que tienen alguna catástrofe en materia de salud, serían las palabras para describir mi sentir en esos momentos en que se traicionó la confianza de quienes apostaron por el fortalecimiento institucional y ahora observan el alejamiento de las causas sociales, sobre todo cuando se convocó a un Parlamento Abierto que simuló escuchar, pero no atender, las preocupaciones de los afectados.

Los diputados del bloque oficial argumentaron que, pese a la reforma, no se dejará de atender a niñas y niños con cáncer, ni a pacientes con tumores malignos o los que requieran un trasplante. Difícil de aceptar semejante embuste, sobre todo cuando hemos visto las vidas que ha cobrado el desabasto de medicamentos y tratamientos oncológicos. Solo existen pretextos para justificar incapacidades gubernamentales que demuestran, con datos reales, que no solo en materia de salud, el gobierno está rebasado.

Otro argumento que defendió este bloque fue la existencia de sobrantes en recursos económicos en el sector salud. Si así fuera, ¿por qué no se cuenta con los reactivos necesarios para la aplicación de las quimioterapias? Es difícil reconocerlo, pero la respuesta es muy simple: si no hubo reactivos fue porque no se compraron. No se puede tener lo que no se adquirió.

Se habló de poner un alto a la acumulación de recursos de ese Fondo y utilizar los excedentes en la atención de otras emergencias, orientados para la atención de la pandemia, lo que incluye la adquisición de 100 millones de dosis de la vacuna que, por cierto, todavía no existe. ¿Cómo se puede tener certeza de las decisiones del gobierno cuando hemos rebasado las 90 mil defunciones por Covid 19 y el peor escenario, denominado catastrófico, calculaba 65 mil personas fallecidas por el letal virus?

No se puede olvidar que, en nombre de la pandemia, el gobierno solo ha aplicado medidas extremas de austeridad, que incluyó la rifa del avión presidencial –en la que ni vendió la totalidad de los cachitos, acabó comprando sus propios boletos y no entregó ningún avión–, pero olvidó procurar la vida y la salud de todas y todos.

Hoy, la población está preocupada y con incertidumbre, miles de familias están de luto, ante el descontrol sanitario y la espiral de violencia que azota el territorio nacional, en tanto las autoridades justifican su ineficacia, dividen al país y dedican tiempo al béisbol.

Muchas y muchos nos preguntamos por qué antes que estábamos «tan mal«, no habíamos presenciado una crisis de tal magnitud en el abasto de medicamentos, suministro de tratamientos, toma de análisis clínicos, funcionamiento de equipo médico o carencia de personal. Y, ahora que vamos «requetebién«, estamos peor.

Sin duda alguna, desde Acción Nacional no dejaremos de alzar la voz para que se garanticen todos los derechos de las y los mexicanos.

 

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