Marco Antonio Ferriz Z.
El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez sostuvo el miércoles de esta semana que no ha decidido hacer uso de su facultad como titular del Poder Ejecutivo para asignar tres notarías en el estado de Tlaxcala. “Son temas que no he decidido y en los próximos días tomaré decisión al respecto”, dijo.
Argumentar que no lo ha decidido incluye la posibilidad de hacerlo. Le restan diez días para decidir si beneficiará de por vida a su ex secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, en una notaría pública. Y si en esa decisión también incluye al dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Noé Rodríguez Roldán.
Es más difícil que suceda en el caso de José Antonio Aquiáhuatl Sánchez, su procurador General de Justicia, a menos que también “en los obscurito” haya renunciado a sus funciones, tal como lo hizo José Aarón Pérez Carro en la Secretaría de Gobierno.
En el ambiente gubernamental hay un tufo que ha generado el propio mandatario estatal. Ese olor fuerte y desagradable es el que origina la falta de transparencia. El dejar hacer y dejar pasar con el objetivo de hacer el menor ruido posible que pudiera inquietar a su futura sucesora, Lorena Cuéllar Cisneros, es lo que inquieta a varios.
¿Por qué el gobierno menista no informó de la renuncia del titular de la Secretaría de Gobierno, el cargo más importante de una administración después de aquel de gobernador? ¿Por qué tuvo que saberse a través de una filtración periodística, que seguramente no vino desde dentro de la actual administración? Es la hora en que el gobierno estatal no ha transparentado el día en que Pérez Carro suscribió su renuncia. ¿Qué se pretendía y se pretende ocultar? ¿Un futuro nombramiento como notario público?
Todo apunta a que el nombramiento sí pretendía, o pretende, hacerlo el gobernador. Sobre todo considerando que hay dos vacantes debido a los fallecimientos de los fedatarios Toribio Moreno y Leopoldo Zárate.
Además, es difícil que en el romance que Marco Antonio Mena y Lorena Cuéllar viven en esta etapa de cambio de gobierno, una acción como esta no la supiera la propia gobernadora electa.
De hecho, la concreción del nombramiento sería una prueba más de que atrás del apoyo en campaña a la candidata morenista a la gubernatura estuvo la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel, la influyente y poderosa diputada federal que en los últimos tres años respaldó al actual gobernador cuando éste decidió romper con su antecesor Mariano González Zarur, después de los resultados electorales de 2018. Por eso llegó Pérez Carro a la Secretaría de Gobierno.
Claro que en esta jugada política se incorporaría a Noé Rodríguez Roldán, un líder priista al que poco se le vio en campaña respaldando a la abanderada tricolor Anabell Ávalos Zempoalteca. De hecho, sería un premio de consolación a su disciplina de no decir nada en los momentos coyunturales de seleccionar la candidatura al gobierno estatal, o una candidatura para una diputación local o federal, cuando él mismo era aspirante. Nada de eso obtuvo, así que el premio de una notaría pública no sería nada despreciable para él.
Lo lamentable de todo es que en la recta final de este gobierno no se guarden las formas políticas. Tal vez sea por eso que no son pocos los grupos priistas que están molestos con Mena Rodríguez. Y en el Consejo de Notarios también. Hay motivos para ello, sin duda.