Gabinete que no opera ni responde

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Por mucho tiempo buscó Lorena Cuéllar Cisneros ser gobernadora de Tlaxcala. Eso mismo le permitió ir escalando posiciones políticas y de representación popular que, uno pudiera pensar, le ayudarían ahora que está en la gubernatura. No ha sido así.

Su gabinete está integrado por quien considera gente leal a su proyecto, como el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández; el titular de la Secretaría de Educación Pública, Homero Meneses Hernández, y el oficial Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui.

Otros más son fruto de acuerdos políticos con personajes de la política local, como el secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García; la secretaria de la Función Pública, Eréndira Cova Brindis, y el rector de la Universidad Politécnica de Tlaxcala, Enrique Padilla Sánchez.

Y otros más son acuerdos con personajes políticos foráneos, cuyas propuestas son enviadas para ocupar carteras de no poca importancia. Son los casos, por ejemplo, del secretario de Salud, Rigoberto Zamudio Meneses; el secretario del Medio Ambiente, Luis Ramírez Hernández, y el director de Protección Civil, Juvencio Nieto Galicia.

El largo recorrido que la actual mandataria estatal ha tenido dentro de la política no le ha ayudado para conformar un gabinete competente. Tres Secretarías que son pilares en todo gobierno han cometido errores, omisiones o negligencias que no sólo han costado imagen, sino cuestionamientos severos a esta administración. Son los casos de las secretarías de Gobierno, de Educación Pública y de Seguridad Ciudadana.

En el caso de esta última Secretaría, la crisis se refleja en el número de titulares que ha tenido. El último que dejó el cargo, Raúl Ruíz García, tuvo una efímera presencia de apenas cinco meses, pero atrás de él hay otros que por una u otra circunstancia no pudieron permanecer, bien porque huyeron por problemas legales y abandonaron el cargo, como Alfredo Álvarez Valenzuela, o porque sólo eran interinos, como Maximino Hernández Pulido.

Es la hora que a pesar de la percepción ciudadana en el tema de seguridad, la gobernadora analiza una terna de cinco personas para llegar a esa dependencia. Lo mismo hizo en el caso de Raúl Ruíz García y la apuesta no le resultó. Días antes de dejar el cargo enfrentó una fuerte crisis por la muerte de una estudiante normalista de Panotla, de la cual se hace a un lado dejando el problema a quien le invitó en el cargo: la gobernadora.

En el caso de Homero Meneses Hernández, su experiencia no le daba para alcanzar una responsabilidad tan importante como es hacerse cargo del sector educativo, pero la mandataria le invitó a asumirla con las consecuencias actuales de no haber sabido resolver un conflicto que de ninguna manera debió crecer, como lo fue el de la Escuela Normal Rural de Panotla. Ya antes, tal vez por seguir instrucciones superiores, enfrentó también un conflicto de interés con una empresa transportista que por mala calidad en una de sus unidades vehiculares le costó la vida a un docente.

En esa circunstancia, que ahora mismo Homero Meneses siga en el cargo no es, de ninguna manera, por capacidad, sino por negligencia de su superior.

Finalmente, respecto de la Secretaría de Gobierno, es claro también que Sergio González Hernández no ha sabido responder a una responsabilidad que no es nueva, considerando que ya ocupó la misma silla en una parte del periodo que correspondió encabezar al gobernador Héctor Ortiz Ortiz. Por decir un caso, la incapacidad del oriundo de Texoloc ya costó vidas en un conflicto municipal, el de Xicohtzinco, que lleva más de un año y que no ha podido ser resuelto.

A la luz de lo que sucede, valdría la pena que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros retomara experiencias pasadas que, de alguna manera, fueron eficaces para quien ocupó la gubernatura.

Héctor Ortiz Ortiz, ya como gobernador, accedió a responder positivamente a los compromisos políticos con aquellos que le ayudaron a alcanzar el triunfo en 2004, como los partidos Acción Nacional (PAN) y del Trabajo, o la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo.

Por ejemplo, al PAN correspondió la Secretaría de Gobierno, al PT la Secretaría de Finanzas y a Elba Esther Gordillo se le dio la SEPE-USET. Sin embargo, si bien los titulares de esas dependencias correspondían a cuotas claramente establecidas, debajo del cargo de secretario, en las Subsecretarías, siempre existieron operadores nombrados por el propio Héctor Ortiz que resolvían los problemas.

No es el caso ahora. Por eso algo debe hacer la gobernadora para resolver esa situación. No siempre tendrá el teflón que hasta ahora hace que, de acuerdo con diversas encuestas, esté situada en una respetable posición dentro de un ranking de titulares del Ejecutivo. El desgaste de este gobierno ya es mucho, pero apenas es el primer año. Vienen elecciones en 2024, y aunque la oposición está desdibujada y muy ocupada en la renovación de sus órganos internos, alguna sorpresa puede traer el voto ciudadano. Ya se verá.

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