Grillas, divisiones… 2024

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Las señales existentes son indicativas de que, ni en el gobierno estatal ni en el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hay guía, orden, disciplina. En ambos, gobierno y partido, hay divisiones. Algunas claras y otras soterradas, pero tales divisiones están haciendo daño y más temprano que tarde van a reflejarse con resultados negativos.

En el primer caso, el del gobierno, es clara la conformación de grupos políticos, algunos demasiado encontrados que su confrontación no se esconde por más que los protagonistas pretendan hacerlo.

El problema es que, por increíble que parezca, de esas confrontaciones es sabedora la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. Incluso, algunos enfrentamientos verbales entre funcionarios se han realizado frente a ella. Y sigue el desorden.

¿Qué pasa dentro del gobierno? ¿Acaso el hecho de dejar pasar forma parte de una estrategia premeditada de la titular del Ejecutivo? Cuidado. Primero, porque la luna de miel ya se terminó. Segundo, porque es evidente que las cosas no están funcionando, no le están saliendo bien al gobierno lorenistas.

Apostar por la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador para que Morena siga obteniendo triunfos electorales, no es la mejor apuesta, menos ahora que su gobierno también se debilita por los pleitos intestinos, algunos de ellos originados por destapes anticipados de cara a la definición de la candidatura presidencial.

Precisamente las elecciones de 2024 son las que están dividiendo al gabinete lorenista. Algunos funcionarios, señaladamente el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, trabajan para su propio beneficio político con el objetivo de alcanzar la candidatura al Senado de la República. En el caso del oriundo de San Damián Texoloc, es sabido que es su última oportunidad para buscar la gubernatura en 2027 y no pretende dejarla pasar.

Así como él, también están otros funcionarios que ya desde ahora buscan cargos de elección popular. Y estar en el gobierno les representa la oportunidad de obtener clientelas que se traduzcan en apoyos internos y electorales. No son pocos los que ya andan en esas vías futuristas.

En tal tesitura, el partido y su dirigencia estatal parecen estar de parapeto. Es decir, sólo son vistas como posibles puentes para formalizar candidaturas. Más allá no se les considera porque quienes aspiran saben que ahí no se definirán candidaturas, sólo será la formalización.

Además, el propio dirigente estatal, Víctor García Lozano, forma parte de la camada que pretende una candidatura para 2024, con lo cual ya desde ahora se encuentra descalificado para aminorar pasiones dentro de Morena.

Todo ello lo sabe la gobernadora Lorena Cuéllar. Sin embargo, su actitud hasta ahora es no hacer nada. Mientras, su gobierno se desgasta cada día más en hechos que tienen que ver con poca transparencia, pocos resultados y mucha grilla. Mal para ella y mal para Morena. No vaya a ser que después existan arrepentimientos.

Mejor desde ahora analizar el desastroso resultado de las elecciones extraordinarias en once municipios de Oaxaca y Veracruz, donde Morena alcanzó el triunfo en apenas dos municipios. Un buen gobierno dará votos a favor, un mal gobierno también, pero en contra. Es mejor no olvidarlo.

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