Habla BPR a favor del Acuerdo “Cooperación Ambiental”

Tlaxcala, Tlax; 30 de junio de 2020 (Pulso) Con solidaridad, como ya lo dijo la compañera senadora Claudia Anaya y la compañera Vanessa Rubio, con los trabajadores del Senado.

Siempre acordar para proteger el medio ambiente o restaurar nuestro entorno ecológico, será pertinente.

La especie humana se está enfrentando a uno de los momentos más graves de su devenir, y seguramente los ecocidios que hemos venido cometiendo durante siglos, algo tienen que ver con estas mutaciones virales que han descolocado a todo el orbe y han evidenciado cuánto es urgente invertir mucho más en investigación científica y en ciencia medioambiental.

Tal vez, como alguien aquí lo dijo, debemos replantearnos el modelo que adoptó el mundo occidental.

En el marco de la pandemia, con responsabilidad, el Senado de la República acordó sesionar para legislar las reformas que acompañan la viabilidad del T-MEC. Triunfó la política y no la polarización.

Consecuentemente, es oportuno que en este Periodo Extraordinario, se vote el Acuerdo en materia de Cooperación Medioambiental entre Estados Unidos, Canadá y México, suscrito por el Ejecutivo desde finales de 2018. Felicito a las comisiones que trabajaron en ello.

Desde luego, en pleno Siglo XXI y en el marco de los compromisos 20/30 de Naciones Unidas, el tema medioambiental se vuelve estructural, de cualquier política con una perspectiva global y que pretenda garantizar la vigencia de la sociedad humana en nuestro planeta.

En el caso de la perspectiva medioambiental de la región de América del Norte, que es la involucrada en el T-MEC, hay muchas cuestiones que son de interés para nuestra región, y yo diría que para el medioambiente del mundo.

De ahí, que sea estratégico que se explicite que estamos en una etapa de nueva generación de tratados, que no solo se circunscriben los países a tratar los temas de relaciones económicas, sino que se tratan otras cuestiones trascendentales, como la medioambiental.

Deseamos también que en algún momento haya un Tratado Migratorio.

Para este Acuerdo, lo que importa es que podamos acercar los propósitos y los ideales medioambientales con las políticas públicas concretas.

 El tema, es un tema que corta transversalmente todas las actividades públicas y privadas, es fundamental programas consecuentes en lo de la gobernanza federalistas, y también es fundamental normatividad que se aplique con rigor en el sector privado.

Esperamos que sean conscientes de que la suscripción de este Tratado, obliga al Estado mexicano a la coherencia entre sus estrategias de política interna, y los compromisos adquiridos en los documentos internacionales.

De ahí, que sea indispensable una revisión y adecuación en su caso, de la política energética en materia de energías limpias.

No solo es un asunto de denuncia, es un asunto de responsabilidad con las nuevas generaciones.

También es necesario disponer de una estrategia clara e instrumentos institucionales sólidos para la atención inmediata de los desastres naturales.

 La ubicación geográfica de nuestro país lo hace proclive a sufrir sismos y temblores, así como huracanes y tormentas tropicales, principalmente en El Caribe.

Las repercusiones del cambio climático no pueden ser ignoradas en México, y tengo esperanzas de que elevaremos la voz exhortando a nuestros socios comerciales para que suscriban y cumplan los compromisos de los Acuerdos de Paris en la materia.

Para los norteños de nuestro país, para los compatriotas que viven en los estados del norte, el tema de los ríos Bravo y Tijuana, la contaminación que padecen, su adecuado aprovechamiento, son cruciales.

Estimo que en el marco del Acuerdo, debemos alentar se desarrollen varios proyectos transfronterizos, tanto de la frontera norte como de la frontera sur, particularmente sobre los procesos de devastación que está sufriendo la Selva Lacandona.

Estas breves menciones revelan qué tan importante puede ser la adecuada implementación de este Acuerdo.

Es tan relevante porque se rige por principios y propósitos humanistas, por valores ecologistas.

Pero no podemos desconocer que la política medioambiental, también es un área en la que la correlación de fuerzas tiene un peso específico.

Por ello, debemos ser vigilantes para que no se permita de ninguna manera, que so-pretexto de políticas de protección al medio ambiente, nos impongan directrices en otras áreas que resulten perjudiciales para México.

Encendemos la luz de alerta para que las autoridades pesqueras y de la Armada de México, dispongan de suficiente información para que no se permitan excesos interesados en la interpretación del T-MEC, que debiliten la pesca sustentable y el adecuado aprovechamiento de nuestros recursos naturales.

El Mar de Cortés es uno de nuestros espacios de biodiversidad marina más notables, más importantes, y la pesca en el Golfo de Baja California o Mar de Cortés, y la pesca en el Océano Pacífico Norte, particularmente en Baja California, en Sonora, en Sinaloa, en Nayarit, es de enorme valor para la alimentación mexicana y para la exportación pesquera.

Ha habido otros momentos en donde so-pretexto de medidas medioambientales muy cuestionables, animadas por otro tipo de intereses, se ha pretendido inhibir y debilitar la legítima acción de pescadores mexicanos.

Por ello, demando agudeza, talento y responsabilidad, que den la certeza de un equilibrio sensato entre protección medioambiental y protección de los legítimos derechos de aprovechamiento sustentable de nuestros recursos marinos. Ello, será indispensable para una vigencia positiva del Acuerdo en esta materia.

Quisiera finalmente, comentar que dentro de la problemática medioambiental de la región, sería muy importante una estrategia de cooperación para atender la problemática del sargazo, que aunque está afectando fundamentalmente a la Península de Yucatán, es claro que también la zona de Florida empieza a padecer sus efectos y que una cooperación en materia satelital entre Estados Unidos y México para este tema, puede ser de enorme utilidad.

Canadá puede estar interesado también en virtud de que hay varias empresas hoteleras de origen canadiense asentadas en el Caribe mexicano.

Compañeras y compañeros legisladores, esta Sesión se lleva a cabo en un difícil momento de la vida nacional, ojalá su realización dé un poco de aliento a la sociedad mexicana, azorada, asustada, desconcertada por el ambiente que propicia la pandemia, sus dolorosas consecuencias letales y sus graves consecuencias económicas.

Desde luego, una Sesión Legislativa no es suficiente, será indispensable que legislemos para atender la emergencia económica, y que logremos que el horizonte positivo que supone el T-MEC, sea acompañado por un seguimiento puntual de las comisiones correspondientes del Senado.

Quiero creer, con Antonio Machado, “que caminante no hay camino, sino estelas en la mar, caminante se hace camino al andar”.

Muchas gracias.

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