Distinguida presidenta y compañeros de la Mesa Directiva.

Tlaxcala, Tlax; 30 de julio de 2020 (Pulso) Sé que esta intervención se relaciona más con mi conciencia que con la posición política conciliatoria que en lo general he pretendido que me caracterice.

Hace tiempo aprendí de un poema de Mario Benedetti, carta de un Hombre preso que mira a su hijo, decía cuando le escribía a su pequeño, el protagonista del poema: “botija, uno no siempre puede hacer lo que quiere, no siempre se puede, pero siempre se puede no hacer lo que no se quiere”.

Y yo ya no quiero avalar con mi silencio o con mi condescendencia una política de salud del Estado mexicano ineficaz y sin rumbo, que por desconocimiento u oportunismo adulador ha incurrido en gravísimos errores, como la estrategia contradictoria y errática en la atención del covid.

Con el falseamiento de datos sobre el verdadero número de decesos.

Con la incapacidad de reconocer errores, ofendiendo la inteligencia de todos los mexicanos diciendo que la curva se ha aplanado, cuando es evidente que es una diagonal que va en ascenso.

Con más de 400 mil contagiados y más de 45 mil muertos, y éstas son las maquilladas cifras oficiales.

A mí no me da alegría que esta administración esté fallando dramáticamente en atender la pandemia. Me duele profundamente.

Como igual me lacera que haya argumentos falases que sirven como distractores de la sociedad e incluso confunden a personas de buena fe, como creo que son los legisladores que han posicionado a favor, para que crean que una reforma que burla las normas de transparencia y favorece la discrecionalidad, al contrario de lo que se alega como soporte que es el combate a la corrupción, se deba votar a favor.

No quiero mencionar la caricatura del Poder Legislativo que provocan estas improntas del Ejecutivo, que no respeta ni los tiempos ni los ritmos parlamentarios, ni aprecia la capacidad analítica y los tiempos de ponderación que merece el Poder Legislativo.

Esta decisión es un error más que se eslabona en la errática política de salud de la presente administración.

La falta de solvencia de COFEPRIS, cuyo titular ni siquiera ha entendido la trascendencia y urgencia de la aplicación de sus funciones, tiene que ver con haber tomado esta decisión precipitada que conoce poco del mundo internacional de las medicinas.

Una Secretaría de Salud que ha sido rebasada, que está jugando un rol político electoral, en lugar de cumplir con la obligación de proteger al personal médico.

Es una vergüenza que somos el país en donde más miembros del personal médico han sido infectados, y que no cumple tampoco con garantizar equipamiento y dotación de medicamentos, porque no se tomaron las decisiones a tiempo.

Se los advertí, compañeras y compañeros legisladores, desde esta Tribuna, cuando analizamos la nueva Ley de Administración Pública, les dije entonces que la concentración de las adquisiciones en la Secretaría de Hacienda iba a afectar rotundamente la adquisición de medicamentos.

Les sugerí, con un propósito de colaboración, que no se aceptara esa modificación.

Dentro de unos meses, cuando miles de trabajadores que antes recibían sus salarios en la industria farmacéutica nacional estén en la calle demandando empleo, dentro de uno o dos años, cuando no se proporcionen las vacunas a miles de niños, cuando los cadáveres de las decenas de enfermos cancerosos que encontraron la muerte en lugar del tratamiento adecuado estén sobre la conciencia de todos.

Cuando en unos años veamos que las ofertas de laboratorios extranjeros solo obedecen al lucro y que con la reforma a la propuesta de iniciativa que se introdujo en los últimos minutos, no señalan la existencia de ninguna licitación.

Lean cómo quedó la reforma, no se habla de ninguna licitación, no se habla del cumplimiento de ninguna normatividad. Se hace una referencia abstracta a los principios constitucionales.

Por eso se ganará la contienda institucional, constitucional, que vamos a plantear.

Dentro de unos meses, dentro de unos años, nos daremos cuenta que por estas decisiones la historia no nos absolverá.

Por Pulso-Red

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