Martes 7 de septiembre de 2021
Reza la frase que los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida. Hoy la sacudida fue de 7.1 grados que afortunadamente aunque ocasionó crisis nerviosas en ciudadanos de varios estados del país, no provocó daños tan trágicos como los que ocurrieron hace justamente 4 años, un 7 de septiembre como hoy.
En 2017, justo este día se registró uno de mucha intensidad, 8.2 con epicentro en Chiapas y que dejó 98 víctimas mortales; 78 de ellas en Oaxaca, 16 en Chiapas y cuatro en Tabasco. Dos días después se habían registrado 482 replicas, causando la muerte de 99 personas.
Hoy, hasta la 11:15 de la noche se habían registrado ya 92 réplicas, afortunadamente en Tlaxcala, los datos preliminares señalaron que sólo hubo daños menores, en un puente vehicular en Tecopilco y en su mayoría sólo crisis nerviosas.
Pero recordar que en ese mismo año el 19 de septiembre poco después de las 13 horas, nuevamente se vivió el terror. El segundo sismo de gran intensidad con epicentro en los límites de Morelos y Puebla y que cobró otra muchas vidas y daños materiales. Muchas familias al día de hoy aún no se han recuperado del todo.
Sin ser tremendista, pero sólo pensar los hechos trágicos que han dejado muerte y dolor en muchas familias, hace estremecerse. Covid, lluvias torrenciales, y ahora temblores. Que no sea septiembre sinónimo de miedo, que no sea el mes patrio el que nos genera más identidad, el que se identifique por ponernos, literalmente a temblar.
Gracias por leerme en este espacio. Hasta la próxima si no pasa otra cosa.
América Montoya
