La alianza perdedora

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Pese a los resultados del domingo, la alianza entre el PRI, PAN y PRD no fue un error. Es cierto, esta alianza perdió los once estados donde las gubernaturas estuvieron en disputa, pero alcanzaron un objetivo importantísimo: arrebatarle al presidente Andrés Manuel López Obrador la mayoría calificada en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

A la par, el principal bastión morenista del país, la Ciudad de México, le dio al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) una durísima bofetada, lo mismo que a Claudia Sheinbaum, quien muchos ven como la favorita de López Obrador para la presidencia de la República.

En el caso de Tlaxcala, con la suma del PAC y del PS a esos tres partidos políticos,  se esperaba una contienda electoral disputada, como lo fue, pero menos amplia en la diferencia de sus resultados.

A pesar de que no estuvo en la boleta electoral, es una realidad que la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, más que Morena y sus aliados, influyó en los resultados, al igual que en los comicios de 2018. Aún existe un amplio respaldo popular para el tabasqueño y eso se observa no sólo en las encuestas, sino ahora con los triunfos que se presentaron en la jornada electoral del domingo 6 de junio.

Por eso no fue un desacierto la alianza PAN-PRI-PRD-PAC-PS. Sin la coalición parcial que presentaron, los resultados en Tlaxcala hubiesen sido desastrosos, más de lo que ahora son, y es seguro que más de uno hubiese perdido el registro local. Ninguno de quienes integraron esta alianza lo perderá. Además, es posible que con excepción del Partido Socialista, todos tengan representación en la Cámara de Diputados.

Un dato nada menor es que unida la oposición en el estado representa el 52 por ciento de los electores que votaron  por la gubernatura. En el caso de la Cámara de Diputados, es un hecho que Morena no es el mismo partido que arrasó en 2018, y por eso concedió demasiado terreno a sus aliados otorgándoles seis de diez candidaturas dentro de su alianza.

Lo, anterior, sin embargo, no implica que los partidos políticos que conformaron la “coalición Unidos por Tlaxcala” dejen de hacerse una severa autocrítica. Por ejemplo, por qué no haber registrado una coalición total o al menos parcial, en lugar de una flexible. Con su coalición parcial, el número de distritos electorales en los que fueron unidos disminuyó y con ello la posibilidad de triunfo.

Veamos si no: la alianza PAN-PRI-PRD-PS-PAC registró seis candidaturas, mientras que la coalición Morena-PVEM-PT-Panal-PEST lo hizo en diez. La primera únicamente ganó en un distrito y perdió en cuatro, mientras que la segunda lo hizo en diez y perdió en uno. Esa estrategia, parece ser, fue un error.

Ese tipo de errores puntuales fueron decisivos y costaron puntos a la coalición “Unidos por Tlaxcala”. Sin embargo, valdría la pena que esta coalición repitiera la experiencia de su alianza en las elecciones locales intermedias que se avecinan, las de 2024,  como es muy posible que suceda en el ámbito federal. No hacerlo significaría tener en el espectro una oposición debilitada que a nadie conviene. Ni siquiera al propio gobierno en turno.

Comentario: Mal se han visto las policías estatal y municipales de dejar que los ánimos se exacerbaran en municipios bien identificados. En algunos casos la situación no debió haber pasado a mayores. Por eso fue correcta la determinación del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) de solicitar la intervención de la Guardia Nacional. Esperemos que con el paso de los días, las cosas alcancen su normalidad y los perdedores acepten los resultados o, en su caso, recurran civilizadamente a las instancias jurisdiccionales.

En democracia, vale la pena recordarlo, no se gana siempre ni se pierde siempre. Tampoco se gana todo ni se pierde todo.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*