La huida de Ramón Celaya

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Efectivamente, a las 7:37 horas del 21 de junio Ramón Celaya Gamboa presentó su renuncia por escrito a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. Los motivos: “por causas ajenas a mi voluntad”.

Un día antes de presentarla, decidió dejar el puesto. La visita inesperada de elementos de la Coordinación Nacional Antisecuestro, de la Guardia Nacional y de la Procuraduría General de Justicia del Estado fue la causa. Iban contra él.

La gobernadora no sabía de la salida del funcionario hasta que leyó la carta de renuncia. Minutos después recibió una llama telefónica del propio Ramón Celaya. Ahí, el ex funcionario le dio las gracias.

Nunca lo aceptó, pero por supuesto que la detención de 5 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, por extorsión agravada, tenía que ver con la renuncia.

En mayo comenzó a descomponerse la situación para Ramón Celaya, cuando a altas horas de la noche elementos suyos detuvieron a una persona que circulaba por la vía corta Ciautempan-Puebla, a la altura de Tlaltelulco, en un auto Mustang, tipo Mach, color blanco, en el que transportaba una mochila color rosa con 17 fajos de dinero. La cantidad: un millón y medio de pesos.

Los medios publicaron ese hecho, pero más allá de la detención, ya no se supo nada más. Ahora se conoce que atrás de la persona detenida y de ese cuantioso dinero incautado se encuentra el nombre de Genaro García Luna, el ex secretario de Seguridad Pública durante el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa. La liga: la esposa de Ramón Celaya, Maribel Cervantes Guerrero, ex colaboradora de García Luna.

Cuando actuales funcionarios del gobierno estatal y la propia gobernadora le preguntaron a Ramón Celaya sobre su esposa, él aseguró que la relación estaba terminada y como prueba mostró un documento de divorcio. Por ello ocupó el cargo de secretario de Seguridad, en el que sólo se mantuvo durante cinco meses.

Su salida intempestiva del Estado de Tlaxcala, sin siquiera hablar con la gobernadora Lorena Cuéllar, es prueba de que ramón Celaya salió huyendo de Tlaxcala. Sobre él, la Fiscalía General de la República tiene una carpeta de investigación por presunta delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito, por más que el gobierno estatal pretenda ocutarlo.

Tal ocultamiento, más bien, le ha salido caro. Porque no sólo es la ausencia de secretario de seguridad, sino de elementos que se encontraban en varias Direcciones de la Secretaría que ahora mismo se encuentran acéfalas. Esa institución está de cabeza y el encargado de despacho, Ángel Gilberto Zamora Ibarra, no tiene el mando que requiere para poner orden. Ejemplo de ello es Guadalupe Ballesteros, sobre quien se sospechan actos de corrupción derivados de ligas con una empresa de grúas.

La crisis de seguridad, como se ve, va para largo. Tal vez, incluso, llegó para quedarse.

Comentario: Este gobierno estatal es el más opaco y poco transparente que ha habido en los últimos tiempos. Ni siquiera la ex gobernadora Beatriz Paredes Rangel tenía los niveles de opacidad que hoy se viven dentro de la administración pública. Y eso que se vivían tiempos del partido único en Tlaxcala.

No informa, ni siquiera, de los cambios dentro de su gabinete. Si no lo hace, menos lo hará con respecto a las personas que salen. Lo que se sabe es a través de los medios de comunicación, no por la voluntad del Ejecutivo.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*