La revocación y el escenario para 2024

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

La consulta sobre la revocación de mandato que se desarrollará el domingo, representa un grave preludio de lo que será el proceso electoral de 2024. En dos años más no estará en juego la permanencia de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República, pero sí su proyecto transexenal.

Todo indica que el comportamiento del presidente, el de sus funcionarios, el de quienes encabezan gubernaturas, presidencias municipales y cuentan con una representación en el Congreso de la Unión y los Congresos locales, se repetirán en 2024. La diferencia será, seguramente, un Instituto Nacional Electoral (INE) debilitado debido, al menos, al cambio de cuatro de sus integrantes del Consejo General, entre ellos el presidente del organismo.

No es ninguna exageración ese escenario. Ayer lo vimos en Tlaxcala cuando presidentes municipales, legisladores federales y locales, funcionarios estatales y rectores de universidades, entre otros, encabezaron la marcha a favor de la continuidad de López Obrador en la Presidencia de la República.

A ellos se sumaron dirigentes sindicales y líderes transportistas, como el otrora panalista -que soterradamente respaldó la candidatura priista a la gubernatura en los comicios locales de 2021- y ahora convertido en amloísta, Cutberto Chávez de la Rosa, cuyas arengas a favor de ir a votar el próximo domingo se distinguían entre los invitados.

Muchos convertidos se vieron ayer en la marcha que sirvió como cierre de campaña porque, al igual que sucede con elecciones constitucionales, existen tres días de reflexión antes de acudir a la urna.

De lo visto el miércoles en el zócalo de la ciudad de Tlaxcala, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros estará satisfecha porque piensa que entregará buenas cuentas, no sólo al presidente Andrés Manuel López Obrador, sino a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Shienbaum, que fungió como coordinadora regional de cinco entidades federativas, una de las cuales es Tlaxcala.

Sin embargo, la satisfacción del miércoles no debe convertirse en frustración el domingo cuando se conozca el número de participantes y el porcentaje a favor de López Obrador. Por eso la estructura partidista y del gobierno estatal trabajan a marchas forzadas, respaldados por otras estructuras sindicales e institucionales afanosas de cuotas de poder.

Eso que se ha visto en el contexto de la consulta de revocación de mandato, eso mismo se verá en 2024. Por eso tendría que haber focos encendidos en los partidos políticos de oposición, pero particularmente en las instituciones electorales, debido a la constante violación a la Constitución y a las leyes electorales por parte de funcionarios de los tres niveles de gobierno, encabezados por el propio presidente de la República.

Si a eso le sumamos que la institución organizadora de las elecciones estará debilitada si la oposición no la defiende en el Congreso de la Unión ante una ya anunciada iniciativa de reforma electoral, estarán todos los ingredientes para un explosivo proceso electoral 2024, en el que estará en disputa no sólo la Presidencia de la República, sino el Congreso de la Unión y otros muchos cargos de elección locales en entidades federativas, entre ellas Tlaxcala.

Lo anterior no es, para nada, un buen augurio. No son pocos quienes advierten un escenario altamente conflictivo que derivará en un próximo presidente o presidenta del país debilitado políticamente, pero también recibido con un entorno de crisis económica, originada por su propio antecesor. Ante tal perspectiva, mejor apretarse desde ahora el cinturón de seguridad.

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