La ruptura que suena

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Transcurría la tercera semana de junio, cuando un comunicado de prensa del gobierno estatal informaba sobre un acto realizado en el Salón Rojo de Palacio de Gobierno, encabezado por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, la embajadora adjunta de Canadá, Shauna Hemingway, y la senadora Beatriz Paredes Rangel.

El motivo: la ampliación al Programa Sector Salud, del que la ex gobernadora consideró necesario ampliar el área de servicio de salud en el extranjero para ofertar especialistas en diferentes instituciones académicas, así como estrategias de aprendizaje del idioma inglés que favorezcan un trabajo regulado en Canadá.

La presencia de Beatriz Paredes no podía ser calificada de extraña, toda vez que en la campaña de 2021 por la gubernatura, apoyó políticamente la candidatura de Lorena Cuéllar. Los espacios en el gabinete acreditaban la traición de la senadora priista a la abanderada tricolor, Anabell Ávalos Zempoalteca, y el acto que ambas encabezaban confirmaba la alianza.

Por eso es que sorprendió que un par de semanas antes, uno de los principales protegidos de la senadora fuera removido de la rectoría de la Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPT), aunque después, casi de inmediato, se rumoreara su ubicación a la dirección general del Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado (Conalep). Ese rumor se confirmó a través de filtraciones periodísticas, que es como ha acostumbrado actuar la administración lorenista.

El problema es que al protegido paredista, Enrique Padilla Sánchez, poco le duró el gusto. No estuvo más que tres meses en esa responsabilidad y fue removido del Conalep. No se conoce que se haya incorporado a una nueva responsabilidad dentro del gabinete estatal, como sí fue el caso, por ejemplo, de Ignacio López Sánchez, a quien se le removió como titular de la Secretaría del Trabajo, para ubicarlo en un cargo de segundo orden en el gabinete.

Dentro del grupo político que ha sido fiel a Paredes Rangel, existen aún varios incrustados en la nómina gubernamental. Hace poco, sin embargo, salió otro paredista: Humberto Macías Romero, que fue removido del Fideicomiso Ciudad Industrial Xicohténcatl. Tampoco se le conoce una posible reincorporación al gabinete.

La salida de personajes allegados a la senadora priista ha hecho pensar, incluso a los propios allegados a ella que han sufrido de despido, la posibilidad de que exista un distanciamiento político con la gobernadora Lorena Cuéllar. Cierto o no, el hecho es que los bandazos están a la orden del día.

Si existe o no tal distanciamiento entre ambas, ya se verá con más claridad conforme se acerquen las elecciones de 2024. Lo que no puede ocultarse es el maltrato que algunos personajes sienten en el gabinete. Es el caso, por ejemplo, de la titular de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión de Tlaxcala (Coracyt), cuyo acoso por parte de la coordinadora de Comunicación del gobierno del estado, lo enfrenta todos los días.

De hecho, el personal directivo que labora en la Coracyt no es bien visto desde el despacho de la Coordinación de Comunicación, y si por alguna circunstancia salieran de esa institución ya están consideradas vetadas.

Los pleitos intestinos en el gobierno estatal no paran. Sucede lo mismo con el secretario de Gobierno, quien tiene pleito casado no sólo con el titular de Infraestructura, sino con varios más dentro del gabinete. La cercanía de ese funcionario con la gobernadora, a quien le habla al oído –como se dice en el argot político- es su principal ventaja. Y eso mismo le hace moverse a sus anchas.

Pero si a los pleitos internos entre integrantes de gabinete se sumara un rompimiento de grupos entre el de la gobernadora y el de la senadora tricolor, seguramente habría un mayor caos en el gobierno. En perjuicio, claro, de las y los gobernados.

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