Marco Antonio Ferriz Z.
Una de dos: la candidata a la gubernatura por la coalición “Juntos Haremos Historia”, Lorena Cuéllar Cisneros, de verdad cree en aquellas encuestas que le dan hasta dos dígitos de diferencia con relación a la abanderada de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos Zempoalteca; o su desesperación por el acortamiento de distancias entre ambas, en estos últimos días de campaña, le hacen seguir cometiendo errores. Parece más lo segundo que lo primero.
En una reciente gira proselitista por el distrito 14 con cabecera en Natívitas, le brindó su respaldo al abanderado morenista Javier Quiroz Macías, y criticó sin miramientos la candidatura de Miguel Ángel Covarrubias, postulado por el Partido del Trabajo (PT) a la diputación local.
“Ahí en el distrito 14 hay mucha gente de malas mañas, así que hay que trabajar bien duro para sacar a esos cacicazgos que ponen a su mamá, al hermano, a la tía, a la comadrita. Vamos a trabajar para que esa mafia se acabe”, dijo la candidata a la gubernatura.
Ella misma olvida que forma parte de una familia política que le ha ayudado a escalar puestos políticos y de representación que ahora mismo hacen que aspire, por segunda ocasión consecutiva, a la gubernatura.
Su principal aliado para llegar al cargo, el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, hizo gala de lo que ella misma critica al impulsar la postulación de su nuera como candidata a una diputación local por la vía de representación proporcional. Fue impuesta en el segundo lugar de la lista sin más mérito político que el de ser familiar del ex mandatario.
Así que Lorena Cuéllar cometió un despropósito. Haber descalificado a Miguel Ángel Covarrubias en la forma cómo lo hizo parece un error de perogrullo, siendo que el legislador local es un aliado de la coalición que ella misma encabeza. Y lo hace, además, sabiendo que es un personaje de alta influencia electoral en ese distrito 14.
De entrada, es sabido que el PT es uno de los cinco institutos políticos que respaldan la candidatura de Cuéllar Cisneros, por lo cual, lastimar la relación la perjudica de cara a la jornada electoral. En segundo lugar, Covarrubias Cervantes se ha convertido en un haber político que en momentos de una cerrada y disputada elección como la que se avecina, hará falta.
El hecho de que en las elecciones locales de 2018 Miguel Ángel Covarrubias haya sido el único en ganar a la maquinaria morenista que arrasó en 14 de los 15 distritos electorales, es un logro político que nadie puede minimizar. Más aún cuando ese triunfo y su trabajo de gestión en el distrito electoral del cual busca reelegirse, lo ubica como un serio aspirante. Ni siquiera el candidato morenista, un próspero empresario gasolinero, logró el trabajo exitoso como alcalde de Natívitas, como sí lo hizo el propio Covarrubias.
En sus actos de campaña por el distrito 14, Miguel Ángel Covarrubias ha sido claro en reconocer que sus posibilidades de triunfo no son tan amplias. Pero también sabe que ha realizado un trabajo político bastante decoroso que le hace pensar en un triunfo el próximo seis de junio para así continuar su carrera política rumbo al Congreso de la Unión.
Si alcanza, como es su propósito, la reelección, tendrá muchas posibilidades de llegar a ese objetivo. Y si lo hace, seguramente lo veremos como uno de los aspirantes a la gubernatura dentro de seis años.
Eso, sin embargo, es mucho adelantarse. Lo real es que con tales antecedentes electorales de Covarrubias Cervantes, Lorena Cuéllar ha rechazado el respaldo de un valioso aliado político. Y deja la puerta abierta para que Anabell Ávalos Zempoalteca sea la beneficiaria.
