Merecemos el castigo

Por: Miguel Ángel López Farías

A los puritanos les escandalizaría recetarse a el filósofo alemán Nietzsche , para quienes conocen su obra saben que los temas de religiosidad y moral son una bofetada para las conciencias cristianas…más cuando de asomarse a la conducta del rebaño, esa especie de masa que se mantiene esclava de una condición de mansedumbre, sin cuestionarse , sin hacer otra que cosa que lo aprendido en una larga cadena de «patrones» conductuales…la esclavitud del rebaño es lo contrario a los seres que viven y practican la libertad de creer y crear.

Un esclavo, cuando llega al poder, jamás permitirá compartir su pequeña parcela de influencia, avasallara a todo aquel que le represente un peligro para su zona de confort…y normalmente se rodea por personajes que comparten esa misma degradación intelectual. El «rebaño» no cuestiona a su líder, lo acepta y fin de la historia, así les signifique la mayor de sus tragedias, pues en las grietas intimas comparten el mismo deseo de pertenencia a esa especie de nata hirviente de rencor y frustración. Friedrich Nietzche advierte del crecimiento de ese rebaño, el cual calca y repite todo lo que se «pontifica» desde las alas de la «autoridad» sin que cuestionen lo que sale por su boca.

¿queremos encontrar respuestas sobre el bajísimo nivel de mucha de la clase política en México?, ojo. No me refiero a la democracia como tal, esa solo es un formulario, votas y ya, pero el proceso de selección no nos ha llevado a una mejor condición ni social ni económica. El rebaño habla y en el sufragio se desdobla esa personalidad sumisa, conformista, de «acepta todo».

¿mentimos al afirmar que somos víctimas de nuestras malas decisiones? No. Peor aún, frente a el proceso electoral vemos en el desfile algunas deformidades de la política: desde «virreyes» regiomontanos como Samuel García o una caterva de presidentes municipales, de esos de morena que llegaron por accidente y que han destrozado a sus regiones como algunos en el estado de México y hoy le vuelven a dar «sobaditas» a la silla municipal. ¿recuerda la película «la ley de Herodes» en donde el clásico munícipe imponía su santa voluntad por encima de un adormilado pueblo? Pues así están en muchas partes, repitiendo la dosis del rebaño, cerrando los ojos ante los nuevos amos. ¿tenemos el gobierno que merecemos? Muchos son los ejemplos de que si, aunque existan mexicanos que gusten de emplear la inteligencia y hagan cosas distintas, pero Nietzsche no fallo en colocar en el centro de todos los males a esos seres que insisten en vivir de rodillas ante el líder de los esclavos.

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