Morena, dirigencia y candidaturas

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.
La alianza que en campaña se fraguó entre la entonces candidata aliancista a la gubernatura, Lorena Cuéllar Cisneros, y el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, no vaticina que este fin de semana el grupo político de este último se hará de la dirigencia estatal del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Sería un error político de la gobernadora si le otorga esa posición de privilegio a su hoy aliado político, por más que haya contribuido al triunfo en las elecciones de 2021.
Los resultados de la jornada electoral interna del pasado fin de semana en Tlaxcala, indican que Alfonso Sánchez García, el hijo del ex gobernador, fue el candidato a delegado nacional con más votos alcanzados en Morena.
El mérito no es menor si se considera que su elección en el tercer distrito electoral federal, con cabecera en Zacatelco, no corresponde a la jurisdicción donde políticamente el sanchezanayismo tiene su principal fuerza. Es el distrito I, de Apizaco, donde su arraigo es innegable, pero no fue ahí donde sus cartas principales se llevaron el triunfo. Su nuera, Marcela González Castillo, alcanzó una delegación por el distrito II, con cabecera en Zacatelco.
La estrategia del ex gobernador, todo indica, es extender sus influencias en territorio estatal, y lo está consiguiendo. Sin embargo, por mucha influencia política que pretenda, no alcanzará la que hoy en día posee la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, quien tiene a su servicio para operar no sólo la maquinaria partidista, sino también todo el aparato gubernamental. Ya se vio el día de la elección de las delegaciones.
Así que la dirigencia morenista seguirá en poder de quien despacha en Palacio de Gobierno, sea quien sea la persona que llegue. Y quien quede en la presidencia seguirá indicaciones de la gobernadora y de los subalternos que ella designe.
La disputa no es por la presidencia de Morena en Tlaxcala. La cuestión principal vendrá más adelante, con el reparto de las candidaturas, principalmente las federales, dos hacia el Senado de la República y tres hacia la Cámara de Diputados.
Quienes alcancen las candidaturas y ganen su respectiva elección constitucional se colocarán, de manera natural, como aspirantes a la gubernatura, en la posición de relevo de Cuéllar Cisneros. Si bien las senadurías de mayoría son la que más llaman la atención, ya se vio en 2021 que no por ocuparlas se obtiene una posición de neto privilegio, pues la senadora Ana Lilia Rivera Rivera no pudo alcanzar su propósito.
Además, si se observa con un ánimo de prudencia, que desde ahora se pretenda colocar a Alfonso Sánchez García como aspirante a la gubernatura es un error. No tiene ni la experiencia ni el recorrido político para ello. Pareciera, más bien, que se le pretende ubicar en el inicio de una carrera como la que en su momento tuvo su padre, y que le alcanzó para llegar a la gubernatura en 1998.
Por eso, el distrito III de Zacatelco, donde obtuvo el triunfo en la elección interna de Morena, es donde más probable se le postule como candidato morenista al hoy secretario de Infraestructura del gobierno lorenista.
Las posiciones de privilegio en las candidaturas para el Senado de la República serán para la gobernadora. Respaldará para llegar ahí a alguien de sus confianzas, que hasta ahora, y a pesar de sus errores cometidos, no parecen ser sino solo dos: el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, y el secretario de Educación Pública, Homero Meneses Hernández.
Las candidaturas a las diputaciones locales, a los ayuntamientos y a las presidencias de comunidad serán el reparto a los grupos pequeños, incluso a algunos de los que hoy se sienten olvidados o desplazados. La estrategia es simple: evitar divisiones y fracturas.

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