Por: Mitchel Olivares Cortés
Pasadas las precampañas terminadas las especulaciones.
Algunas propuestas planchadas y otras arregladas, el hecho es que los tiempos están encima y a poco menos de 40 días, el Partido en el poder la tiene complicada.
Y es que, mientras algunos piensan que la elección es de trámite, ya que, por la inercia de Morena, el triunfo seguro, lo cierto es que las cosas son un poco más complejas.
La empatía de la gente hacia el partido lleno de esperanza se ha ido difuminando de a poco a poco.
Sin embargo, en medio de esta vorágine electoral, surgen propuestas claras y algunas sobresalen por el empate que se ha dado entre propuestas e imagen del candidato, además de que enfrente aparecen candidatos muy gastados, tanto política como socialmente hablando, tal es el caso de lo que pasa en la capital, donde se medirán las caras la Senadora y el exfuncionario estatal.
Minerva con un antecedente de derrotas y traiciones, Alfonso con una corta trayectoria, limpia y con el único defecto de ser heredero de un legado político.
Pero siempre hay otros datos, la oposición igual no ayuda mucho en tener frentes duros, consolidados o que realmente de batalla.
Al final, el ciudadano ya no elige solo vota y tendrá que enfrentar las propuestas de los candidatos, la visión de quienes van en la boleta y las historias que anteceden a todos los que aspiran.
La pregunta es, acostumbrados a culpar al pasado, a pesar de que el pasado inmediato les corresponde a ellos, entonces ahora ¿a quien culpar?
Tlaxcala capital enfrenta candidatos serios, algunos nuevos otros con experiencia que deberán en cualquiera de los dos sacar el compromiso y el hoyo que se encuentra actualmente.
Sin dudad, Alfonso Sánchez tendrá que cambiar discurso para no culpar a quien estuvo anteriormente.
Tema difícil pero no imposible para el experimentado político.
