Movilizaciones: hace falta un golpe de timón

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Desde el mediodía de este miércoles, en los corrillos políticos comenzó a circular el rumor sobre la renuncia de Sergio González Hernández como secretario de Gobierno. Lo sucedido en los últimos días con las movilizaciones de trabajadores sindicales que se sienten agraviados con la decisión de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, de subrogar los servicios médicos de trabajadoras y trabajadores en activo, pensionados y jubilados del Gobierno del Estado, fue lo que detonó ese rumor en las últimas horas.

El ambiente social y político es propicio para crear y hacer crecer este tipo de rumores. Sin embargo, bien haría la gobernadora en dar un golpe de timón en su gobierno en beneficio de su propia administración, y una forma de hacerlo es sustituyendo al funcionario de la cartera más importante del gabinete que no resuelve conflictos. Ni él ni su equipo de trabajo.

El desbordamiento que en los últimos días han tenido las movilizaciones de los trabajadores sindicalizados, en gran medida es fruto de una incapacidad gubernamental para prever posibles conflictos, crear escenarios y establecer mesas de trabajo y negociación con quienes verían modificado el servicio médico.

El diálogo y la negociación no debía limitarse sólo a los líderes sindicales. En algunos casos, como sucede con la Sección 55 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), los liderazgos han sido rebasados o tienen en contra suya el remoquete de haber traicionado a la base trabajadora.

La incapacidad gubernamental, que se agudiza con la presencia de algunos funcionarios de primer nivel, será más peligrosa si las bases de agremiados en cada una de las organizaciones que se sienten afectadas en sus derechos, rebasa a las dirigencias sindicales. Ahí sí, entonces, es muy posible que la gobernabilidad esté en serios problemas y la gobernadora no tenga más alternativa que recurrir a la represión.

Los deseos es que eso no ocurra, sin embargo, de lo visto ahora existe todo el andamiaje para que las movilizaciones sindicales y las acciones de dispersión en la que hasta ahora han utilizado los elementos de seguridad pública, suban de tono.

Aunque por el momento el conflicto está acotado, la mandataria estatal debiera tomar en cuenta el factor importantísimo que representaría una posible represión al magisterio. La actual dirigencia de la Sección 31 del SNTE, encabezada por Cutberto Chávez de la Rosa, ya ha sido seducida –por decirlo de manera elegante- por las mieles del Poder Ejecutivo, pero ya existen voces dentro del sindicato de marchar solidariamente en apoyo de las maestras y maestros estatales.

Si Cutberto Chávez sigue en su posición acomodaticia de no emitir siquiera un comunicado de respaldo a sus pares estatales, su ya diezmado liderazgo puede ser rebasado.

La pregunta para la gobernadora es: ¿para qué dejar que las cosas lleguen a un extremo no deseable para nadie?

Valdría la pena que Lorena Cuéllar Cisneros diera un golpe de timón que dé mensajes a todos los actores. Desde quienes conforman su administración en cargos de primer y segundo nivel, hasta quienes forman parte de las organizaciones sindicales para iniciar un diálogo abierto y transparente que legitime decisiones y acciones.

Ese golpe de timón debiera darse con la sustitución de quien hasta ahora ha sido incapaz de tomar las riendas en la Secretaría de Gobierno, cuyo titular no ha sabido operar para resolver conflictos, pero, además, ha mostrado incompetencia incluso desde antes de asumir esa responsabilidad.

No es sólo la cercanía para la realización del torneo internacional de boleibol. Es también el proceso electoral que culminará en 2024 con los resultados de las elecciones federales y estatales, y cuyos efectos impactarán en la conformación de la próxima Legislatura local, que será determinante durante el segundo tramo del gobierno lorenista.

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