Por: Mitchel Olivares Cortés
A los políticos, a las mujeres y hombres de gobierno, no hay que amarlos ni odiarlos, sólo hay que verlos desde la óptica de sus resultados y, a partir de eso, premiarlos o castigarlos.
La anterior paráfrasis a un texto de Laveaga viene a colación ante la posibilidad de reelección que están buscando algunos diputados locales con licencia.
En ese sentido, vale la pena saber que los integrantes de la LXIV Legislatura local lograron ponerse de acuerdo y aprobar por unanimidad una serie de leyes, destacando, por ejemplo, el hecho de que durante los tres años se logró para Tlaxcala un presupuesto histórico.
La unanimidad se trata de eso, de que a la hora de tomar decisiones un grupo de personas en su totalidad logren acuerdos comunes. La existencia de la más mínima discrepancia imposibilita la unanimidad, hecho que no sucedió en la actual Legislatura, ya que la búsqueda de consensos con las diferentes fuerzas políticas se privilegió desde la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCCP).
Esta unanimidad, alcanzada desde la JCCP, la cual fue presidida por la Diputada Marcela González Castillo, se logró a través de un intenso cabildeo en el que, al parecer, los legisladores locales entendieron que el bien superior del estado estaba por encima de los intereses partidistas y personales.
Fue así como se lograron, además los cruciales nombramientos de los Magistrados del Tribunal Superior de Justicia, las designaciones de los Magistrados del Tribunal de Conciliación y Arbitraje y las nominaciones de los titulares faltantes del Instituto de Acceso a la Información. Sólo por mencionar algunos.
Otro acuerdo común, alcanzado por la totalidad de los legisladores, incluyendo obviamente a los de la oposición, fue la designación del nuevo titular del Órgano de Fiscalización Superior.
El trabajo consolidado, alcanzado por los 25 Legisladores integrantes de la sexagésima cuarta legislatura local, permitió también enfrentar correctamente el manejo de posibles crisis.
Fue así como, operando desde la mencionada JCCP, Marcela González y los líderes de cada una de las bancadas, lograron atajar a tiempo y correctamente
las decisiones que podrían haber generado controversia, de esta manera se alcanzó la reforma constitucional que permitió la llegada del actual secretario de gobierno, a pesar de no contar este con la ciudadanía tlaxcalteca.
Además, de la misma manera, logrando acuerdos y escuchando todas las voces, González Castillo y los integrantes del actual Congreso local lograron la reforma constitucional que dio origen a la Ley de Fiscalización, la cual permitirá un mayor control y orden al proceso de dictaminación de las cuentas públicas de los entes públicos que manejan recursos públicos.
Asimismo, en este mismo periodo, se creó la Fiscalía General del Estado de Tlaxcala, dependencia que dejará atrás a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tlaxcala.
La sana convivencia de Marcela González Castillo con los Diputados Locales surgidos de los 15 distritos locales del estado ha permitido también conocer el pulso político del estado, lo que sirve para la gobernabilidad y para que, desde el Poder Legislativo, se ayude a todos los órdenes y niveles de gobierno de Tlaxcala a trabajar para construir la paz social.
En suma, Marcela Castillo y una buena parte de los diputados locales, en estos momentos buscan ser reelectos como diputados locales, los resultados y los acuerdos logrados por la actual legislatura tlaxcalteca están a la vista de todos, han sido documentados y descritos por los medios de comunicación y comentados por casi todos los ciudadanos.
De ahí que, ante el proceso local que vivimos en el estado y en todo el país, los habitantes de Tlaxcala estamos ante la maravillosa oportunidad sufragar para elegir a nuestras próximas autoridades locales.
Amable lector, respetuosamente, vea usted los resultados que dio su próximo legislador y entonces sí, prémielo o castíguelo, pero no se encariñe de él.
Ese es el verdadero poder del voto.
