Huamantla, Tlax., 26 de octubre de 2019 (Rommel Pichardo) Minutos antes de la media noche y después del procedimiento de ley, el cuerpo sin vida del trabajador de Banco Azteca, fue retirado de la zona conocida como Rancho Santa Clara del municipio de Huamantla en Tlaxcala, por la salida al oriente rumbo Cuapiaxtla; donde minutos antes una brigada de voluntarios lo halló entre el material pétreo y basura que la corriente arrastró desde el barrio de Santa Anita en esa misma demarcación.
Y es que la tormenta registrada la tarde de este viernes en aquella demarcación movilizó a los cuerpos de emergencia cuando en el punto conocido como la barranca que se ubica sobre la calle Benito Juárez, donde está una poza del río que pasa por los silos de acero, «la crecida» del río arrastró a Luis Alberto -N- de 20 años.
Sitio hasta donde llegaron como primeros respondientes elementos de Protección Civil (PC) y de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) de Huamantla, quienes a pesar de la lluvia presente apoyados por vecinos y uno de los puentes peatonales con tubular amarillo que cruza el lugar, realizaron la búsqueda del joven, logrando en un primer instante ubicar la motocicleta de color rojo, accesorios y el casco, los que tras minutos de labores rescataron.
Más tarde, con apoyo de Bomberos Tlaxcala y efectivos de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC), así como de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC); en presencia de compañeros de trabajo y familiares en las inmediaciones se dio inició al protocolo de búsqueda y localización del cuerpo del hombre.
El que se extendió hasta alrededor de las 22:00 horas cuando los uniformados recibieron el reporte de que Luis Alberto -N- había sido hallado «por Santa Clara» atrás de la gasolinera que está en la salida a Altzayanca, de donde se supone era originario o vecindado.
Tras recorrer una distancia de unos 5 kilómetros, entre montículos de tierra las autoridades ingresaron a terrenos de labor aledaños a la carretera que conduce a Veracruz, allí a la par de familiares confirmaron que el muchacho estaba boca abajo, aún con su impermeable amarillo y semienterrado entre los materiales que arrastró la tormenta; desechos sólidos que sirvieron para fijar la cadena de custodia que marcó perimetralmente la ubicacion.
En el oscuro llano que forma parte del valle de Huamantla, se perdieron los gritos y el llanto de dolor por parte de los deudos que requirieron auxilio de paramédicos de la Cruz Roja, los que atestiguaron el procedimiento de ley, que desarrollaron peritos y personal del Servicio Médico Forense (SEMEFO), quienes apoyados por los municipales colocaron el cuerpo en la camilla metálica para extraerlo momentaneamente con una patrulla y luego en la unidad oficial conducirlo al anfiteatro.