Un lugar llamado Tlaltelulco…

Lunes 11 de julio de 2022

Quisiera hacer referencia a este municipio como la película de Julia Roberts y Hugh Grant, en donde se dibuja un pueblito pintoresco apacible y seguro, donde se desarrolla una historia de amor. Definitivamente la historia del lugar al que yo hago referencia no tiene nada que ver con el amor, ni con la seguridad y menos con lo apacible.

Hace apenas unos días, lo que sucedió es el reflejo de varias circunstancias, la inseguridad desatada en todo el territorio nacional, -porqué habría de escaparse La Magdalena de ese tipo de hechos-; la falta de detenciones y castigos a los responsables de cometer delitos; el hartazgo de ciudadanos cansados de impunidad; la intolerancia con la que se vive ya casi en todos los sentidos; la falta de gobernabilidad en la entidad; etc.

Lo que ocurrió al pretender linchar a mujeres que estaban por cometer el delito de secuestro, se multiplica por casos que han sido documentados en diferentes municipios de la entidad, como se multiplican los delitos sin culpables, sin operativos suficientes que logren dar con los responsables, claro, a menos que sean los propios pobladores quienes logran su detención para ejercer «la justicia» por mano propia.

Y las consecuencias también son muchas, como muchos los perjudicados ante el cierre de una de la vías de comunicación más transitadas, la vía corta; trabajadores del ayuntamiento asustados, instalaciones y autos vandalizados, personas agredidas, etc.

Aquí el caos se desarrolló por el delito que estaba por cometerse en una residencia particular y valga la pena decir que es bueno que no se consumó, porque tenía que ver con el presunto secuestro de un menor.

El mismo día, en el Congreso del Estado, estuvieron por enésima vez, ciudadanos de otro municipio, Santo Toribio Xicohtzinco, reclamando acciones concretas para terminar un conflicto que ya rebasa el año y que ha provocado violencia y muerte. No por el hecho de que ya se está haciendo añejo ese problema político electoral, las autoridades -ya sean el gobierno estatal o los diputados- deben pasarlo por alto.

Y así han quedado documentados casos de linchamiento, de un sinfín de delitos, algunos sumamente violentos, de muerte de servidores públicos de distintas comunas; justamente en esos lugares que deberían ser pintorescos, seguros y apacibles.

Debe existir alguien eficaz, eficiente y con la capacidad de resolver, de dar respuesta al clamor ciudadano de paz; alguien que demuestre que no es cierto lo que dicen -al menos no lo que dijeron en sus pancartas los ciudadanos de Santo Toribio- que “La nueva historia se escribe con sangre”.

Gracias por leerme en este espacio, hasta la próxima si no pasa otra cosa.

América Montoya

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