Marco Antonio Ferriz Z.
Los recientes nombramientos dados a conocer por el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros en las Secretaría del Bienestar, de Trabajo y Competitividad, y de Cultura, refleja con más claridad el mutismo de la ahora gobernadora, cuando su antecesor, Marco Antonio Mena Rodríguez, designó titulares en dos notarías públicas, una de ellas a su yerno Antonio Flores Sánchez.
En aquella ocasión hubo torpeza en la justificación que dio el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, al intentar deslindar a Lorena Cuéllar con la explicación de que los nombramientos correspondían al entonces gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez. Pero claramente sus argumentos fueron insuficientes.
El gobierno lorenista de la 4T en Tlaxcala no se diferencia en nada a los gobiernos perredista, panista y priistas que le antecedieron y que ahora mismo critican los morenos y sus aliados.
Así como esos gobiernos, Cuéllar Cisneros muestra inclinación por favorecer a sus familiares en cargos públicos, sólo que los disfraza como honoríficos. A eso puede llamársele nepotiso, que no es más que un trato de favor a familiares y amigos, a quienes se otorgan cargos o empleos públicos sin tener en cuenta méritos.
Sin embargo, no sólo se muestra con claridad el nepotismo dentro de esta administración, sino también una clara tendencia clientelar de cara a los comicios venideros de 2024, en los que estarán en disputa el Congreso de la Unión y la presidencia de la República en el orden federal, y el Congreso local y los ayuntamientos en el orden estatal.
No puede ser de otro modo si una de las hijas de la gobernadora, Mariana Espinosa de los Monteros Cuéllar, se encuentra en el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), y otra más, María Fernanda, se ubica en la recién creada Secretaría del Bienestar. Ambas instituciones manejan los programas sociales más importantes.
En octubre pasado la gobernadora Lorena Cuéllar ya lo había adelantado cuando informó que el presidente Andrés Manuel López Obrador le había solicitado que coordinara la aplicación de los programas de la Secretaría del Bienestar en el estado. Y este miércoles se concretó con el anuncio de las designaciones en la administración estatal.
Habrá que reconocer que la ausencia presencial de Lorena Cuéllar, debido a su enfermedad por el coronavirus, está siendo llenada por anuncios que tienen que ver, de lleno, con su administración, con lo cual se minimiza cualquier posible error del secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, en su función de atender varias de las ausencias de la gobernadora.
En contra parte, sin embargo, se maximiza la ausencia de las fuerzas opositoras, que al igual que sucede en el gobierno federal, están desaparecidas en el ámbito estatal. El Revolucionario Institucional (PRI) totalmente desdibujado realizando trabajos de depuración de su padrón de afiliados, mientras que Acción Nacional (PAN) esperando la unción de su nueva dirigencia. El Sol Azteca, de no ser por el diputado local Manuel Cambrón Soria, está prácticamente desaparecido.
En estos momentos, cuando más se necesita la crítica y la propuesta de la oposición para hacer ver la estrategia de los movimientos lorenistas, ésta se encuentra adormecida sin viso alguno de despertar.
Siendo así, que no les extrañe resultados adversos en 2024. Los trabajos para recuperar el gran terreno perdido no deben hacerse ese mismo año de la elección, sino ahora mismo. Avanzan, sin embargo, demasiado lento que casi no se ven. Así pudiera suceder en la perspectiva de los electores en las próximas elecciones: que los partidos opositores pasen desapercibidos en las boletas electorales.
