Por Oswaldo López Sánchez.
Fotos: Víctor Rodríguez y Forcados de Juriquilla.
Hace algunos años, cuando paseaba por el centro histórico de la ciudad de Tlaxcala y veía los puestos de libros ahí montados, llamó mi atención un libro con la imagen de una pega. Pregunté por él y aunque su precio fue un poco elevado, valió la pena esa inversión.
Fue en esas líneas que conocí la historia de los forcados mexicanos y acrecentó mi admiración y respeto por ellos. Dentro de esos párrafos leí el nombre de Fernando Blanco Fortes, uno de esos personajes que dejan honda huella en quienes le conocieron. Por mi mente paso el pensamiento de algún día poder conocerlo. Pasó algún tiempo y la vida me dio la oportunidad de conocerlo. Hablar con él y su trato afable hizo que lo admirara más.
De hecho, Don Fernando Blanco fue testigo de la formación y primera participación del grupo de Forcados de Tlaxcala. Fue en la población de Benito Juárez, alla por marzo de 2022. Él y Emiliano Baca llegaron por sorpresa, dejando a muchos perplejos. Infortunadamente no pude ir aquel dia, pero por lo que me platicaron mis hermanos, fue una convivencia inolvidable.
Sin embargo, la vida me regalo una oportunidad de tratar con don Fernando. Fue en la población de Santa Cruz Aquiahuac, en mayo de 2022, en una nueva participación del incipiente grupo tlaxcalteca, en la que don Fernando tenía esperanzas. Fue una gran sorpresa verlo allí. Se mostró atento, aportó conocimientos a todos los integrantes y estuvo al pendiente de la participación de todos los chavales
Cuando termino el evento, me acerque con él y comencé a platicar sobre su experiencia como forcado, su etapa como cabo del grupo de los mexicanos, su aventura en Portugal y su visión de la evolución de los forcados en nuestro país. Una charla enriquecedora. Incluso le propuse hacerle una entrevista, en donde relatara todo lo hablado. Le gustó la idea, pero diversas circunstancias lo impidieron. Lamentablemente ya no se realizó, pero me quedo con la dicha de tratar a un grandioso ser humano y una figura de la farda y el barrete.
Cuando supimos que en la pasada corrida de rejones en la plaza México, le harían un reconocimiento a su trayectoria, mi familia y yo nos emocionamos y nos hacía mucha ilusión saludarle. Pero no fue así, su estado de salud no lo sé lo permitió.
El pasado 12 de abril, se fue un grande, como forcado y como persona. Pero su recuerdo y el cariño de quienes tuvimos esa dicha de tratarle se quedaran en la mente y el corazón. Lo único que me queda decirle a usted es ¡¡¡Gracias Don Fernando¡¡¡ Vuele alto. El Olimpo de los Forcados le está esperando.
