Marco Antonio Ferriz Z.
La apuesta priista por ganar el Estado de México y Coahuila en junio próximo, están haciendo crecer al Partido Acción Nacional (PAN) a costa de un Revolucionario Institucional (PRI) y un partido del sol azteca bastante disminuidos.
La fuerza electoral tricolor, ciertamente, ha decrecido desde que el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ganó la elección presidencial en 2018 con la postulación de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, además de que Morena ha sangrado el padrón militante tricolor, la imagen priista no es ni suena nada atractiva para un electorado que le abandona cada vez más en cada elección constitucional. Por eso ha apostado mucho por seguir gobernando el Estado de México y Coahuila, donde respaldados por el PAN y el PRD, impondrán candidaturas al gobierno estatal en esas dos entidades federativas.
El PAN se perfila para imponer candidato a la presidencia de la República en 2024 dentro de la alianza Va por México, en cuyo proceso panista aún no iniciado formalmente tiene ventaja el ex secretario de Gobernación y hoy diputado federal, Santiago Creel Miranda.
No solo eso. El PAN también aventaja en la postulación de la candidatura de la misma coalición en la Ciudad de México, donde hasta ahora tiene ventaja el alcalde de la delegación Benito Juárez, Santiago Taboada Cortina.
El escenario no es descabellado y las pláticas van avanzadas en ese sentido. Lo que podría descarrilar lo que hoy se perfila de esa manera, es que dentro del PRI resurgieran las inconformidades que ya existen desde meses pasados en contra el dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas.
Ese escenario, de que las candidaturas de la Alianza Va por México a la presidencia de la República y a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, echa abajo la posibilidad de que la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel sea la abandera presidencial, a pesar de que diversos estudios demoscópicos la ubican con posibilidades dentro de un abanico de priistas aspirantes a la candidatura.
Paradójicamente, y sabiendo que las negociaciones de las dirigencias nacionales para las candidaturas al Congreso de la Unión aún no inician, ese mismo escenario abre las puertas para que el PRI en Tlaxcala tenga ventaja en la postulación de candidaturas de elección popular, de manera particular al Senado de la República. Lo anterior, significa que Anabell Ávalos Zempoalteca se perfila como la favorita para ser la abanderada de Va por México para encabezar la primera fórmula a la Cámara de Senadores.
De Beatriz Paredes Rangel, es cierto, mucho se dice que su mejor tiempo en la política ha pasado, sin embargo, sigue siendo una mujer influyente para nuevamente ocupar otro cargo de elección popular en el Congreso de la Unión.
En el caso de Anabell Ávalos Zempoalteca, su estancia en la dirigencia priista después de buscar la gubernatura del estado por su partido en 2021 la colocan en una situación de privilegio, al mismo tiempo que de desgaste. Dependerá de ella misma que su postulación se concrete.
Es posible que el trabajo político realizado por ella en las bases priistas desde que asumió la dirigencia de su partido vaya en buena marcha, lo que es cierto es que hay severos señalamientos en su contra por estar en un permanente silencio ante las acciones y omisiones gubernamentales.
El PRI es ahora mismo un partido de oposición y como tal debe ser su comportamiento. La legitimación de Ávalos Zempoalteca a una posible candidatura debe ser trabajada en paralelo con el trabajo político en comunidades y municipios. Eso no lo debiera olvidar ni hacer a un lado, de lo contrario, 2024 puede convertirse en su tumba política.
