Con estas mulas hay que arar

Marco Antonio Ferriz ZMarco Antonio Ferriz Z.

Aunque desde dentro de la administración estatal no se quiera ver así, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros atraviesa por el peor momento desde su llegada en agosto de 2022. No sólo es el tema de la seguridad pública, sino la acumulación de varios problemas que no han podido ser resueltos, ya sea por incapacidad o por incompetencia.

Es cierto, una parte de responsabilidad la tienen los integrantes del gabinete estatal, sin embargo, la mayoría de esa culpa debe adjudicársele a la propia gobernadora. Ella fue, y es, la única responsable de la integración de este gabinete. Nadie más.

Como gobernadora debe responsabilizársele solo a ella la pésima elección de quienes integran las diferentes Secretarías, Direcciones y Coordinaciones del gabinete estatal. Que lo haya integrado como lo hizo es un problema que con nadie puede ni debe compartir.

La Constitución Política local, en su artículo 70 fracción XIII, establece que es facultad y obligación del gobernador “Nombrar y remover, con apego al principio de paridad de género, a los secretarios del Ejecutivo, Oficial Mayor de Gobierno, y a todos los demás servidores públicos del estado, cuyo nombramiento no estén determinados de otro modo en esta Constitución o en las leyes”.

De tiempo atrás Cuéllar Cisneros buscó llegar a la gubernatura. Eso le hizo incursionar y militar en diversos partidos políticos hasta llegar al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), después de que no lo pudo hacer ni el Revolucionario Institucional (PRI) ni en el de la Revolución Democrática (PRD).

Así que, por el largo camino recorrido que le ha llevado a ocupar diversos cargos de elección popular y dentro de la administración pública, Lorena Cuéllar no tiene pretexto alguno ahora que cumplió su objetivo de ser gobernadora. El problema es que se ha equivocado.

Dentro y fuera del gabinete existe una clara percepción de que el gabinete no está respondiendo a las expectativas del voto que se le dio a Lorena Cuéllar Cisneros y a la coalición encabezada por Morena. Las Secretarías de Gobierno, de Educación Pública, de Salud y de Seguridad Ciudadana, lo mismo que la Procuraduría General de Justicia, son las más visibles en los múltiples errores y desatinos que esta administración ha tenido.

En ninguna titularidad de estas dependencias la gobernadora se ha decidido por hacer cambios. Ha preferido navegar en una mediocridad bastante similar a la oposición que tiene enfrente con el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. Los restantes institutos políticos, hay que decirlo claro, son paleros de la mediocridad por una mera conveniencia de sobrevivencia. Es una vergüenza por donde quiera que se le mire lo que sucede en Tlaxcala.

Lo peor de todo es que de cara a las elecciones de 2024, federales y locales, la ciudadanía no tiene mejores alternativas. Con estas mulas hay que arar, dice el dicho popular. Eso se puede aplicar perfectamente para el gobierno y los partidos políticos.

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