Al presidente le importan más los temas político-electorales que investigar feminicidios.
Al presidente Andrés Manuel López Obrador parecen no importarle los 10 asesinatos que todos los días se cometen contra mujeres en nuestro país. Está más ocupado, preocupado e interesado por los temas politico-electorales que en proteger a las mexicanas de los actos violentos y agresiones de las que son objeto, afirmó la diputada federal del PAN, Adriana Dávila Fernández.
Al referirse a las declaraciones que hizo hoy López Obrador en su conferencia matutina, respecto a que el asesinato de una menor de siete años en la Ciudad de México y la violencia generalizada en el país son producto de la descomposición social derivada de las políticas neoliberales del pasado, la legisladora sostuvo que esas palabras reflejan insensibilidad y representan un caldo de cultivo para que los delincuentes sigan actuando en total impunidad.
“Esa no es una declaración de un Jefe de Estado ni de un estadista, es una declaración de un pastor que llama a sus feligreses a portarse bien, pero que no propone políticas en materia de procuración e impartición de justicia para solucionar el problema y perseguir a los delincuentes”, señaló la legisladora.
El presidente López Obrador genera, con sus palabras, más impunidad, deja vacíos de poder y parece estar justificando a los delincuentes que asesinan a las mujeres. “Eso es inadmisible, no podemos tolerar que se minimicen estos casos con llamados a portarse bien. Es obligación del mandatario velar por la seguridad e integridad de todas y todos los mexicanos”, destacó Dávila Fernández.
López Obrador debe dejar de hacer política electoral y asumir su responsabilidad de construir políticas públicas en beneficio de las y los mexicanos. “Sus respuestas ante el asesinato de mujeres nos ponen en un completo estado de vulnerabilidad y generan más impunidad que justicia”, apuntó la legisladora.
El presidente, agregó Dávila Fernández, debe hacer a un lado sus distractores, como la farsa de la rifa del avión presidencial; su absurda constitución moral; sus programas clientelares, y prestar atención a lo verdaderamente importante y urgente, que es acabar con los feminicidios.
No es posible que haga un llamado a que no se pinten las puertas y paredes de Palacio Nacional y evada asumir la obligación que tiene como la máxima autoridad del país de proteger a todas y a todos los mexicanos, independientemente si votaron o no por él, señaló la diputada federal.