Marco Antonio Ferriz Z.
No son gratuitos los golpes mediáticos y políticos que continuamente recibe el presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi Fragoso. Pareciera natural que su actuar y sus resultados estén en un observatorio permanente, sin embargo, en muchas críticas y descalificaciones impera el golpeteo y no el análisis. Hay un interés clarísimo en debilitarlo y disminuirlo políticamente.
Eso afecta, a las claras, sí al propio presidente municipal, pero también al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Es así porque este instituto político es gobierno en la capital y malos resultados seguramente también se traducirán en menores votos para las candidaturas morenas.
Sabiéndolo, la dirigencia estatal de Morena ha hecho mutis a los ataques que recibe esa administración municipal, políticamente la más importante del estado por ser, precisamente, donde se asientan los tres poderes. Lo que sucede en la capital no pasa desapercibido.
El silencio de la dirigencia morenista estriba en el que el presidente municipal no pertenece al grupo político que gobierna el estado, es decir, al de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. Por eso mismo, los allegados a la mandataria estatal son los principales críticos de Corichi Fragoso.
Ahí está, por ejemplo, Raymundo Vázquez Conchas, primer regidor del ayuntamiento de Tlaxcala, quien directamente o a través de terceros no disminuye su golpeteo al alcalde. Su objetivo está claro, si se considera que él es uno de los aspirantes a la candidatura de Morena en 2024 para la presidencia municipal capitalina.
Sin embargo, Vázquez Conchas no está solo en ese intento. En la misma fila se encuentra formado el dirigente estatal de Morena, Víctor García Lozano. Su mutis para evitar defender a la administración municipal capitalina, como sí lo hace, en cambio, del gobierno lorenista, tiene un claro interés político: la candidatura a la presidencia municipal.
Alguno de esos dos personajes podría conseguir su propósito, sin embargo, falta ver qué es lo que dice el propio Jorge Corichi Fragoso, quien cuenta con la posibilidad de nuevamente buscar la candidatura para buscar la reelección en el cargo.
Lo interesante de lo que sucede es la posición política que ha asumido la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. Como hasta ahora no lo ha hecho en su gabinete, que muchas veces se desparpaja en conflictos internos, la titular del Ejecutivo tampoco ha puesto orden entre los aspirantes que buscan la presidencia municipal de Tlaxcala. Tal actitud no muestra sino el hecho de que el golpeteo al gobierno municipal de Jorge Corichi va a continuar, no hay duda.
En la estrategia gubernamental de dejar libre a la jauría de críticos, existe un trasfondo político cuya meta final, por supuesto, se encuentra dirigida a tener el control del ayuntamiento capitalino a través de un integrante del grupo que hoy despacha en Palacio de Gobierno. Jorge Corichi no pertenece a ese grupo político, a pesar de ser proveniente de las mismas filas priistas de las que sus críticos provienen.
Pero no es solo ese motivo. Detrás se encuentra también la sucesión presidencial de 2024. Corichi Fragoso forma parte del grupo político que encabeza el senador Ricardo Monreal Ávila, quien desde hace semanas está muy apartado del ánimo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y aunque hasta ahora dentro de Morena no quiera ser reconocido, Monreal Ávila se perfila como una propuesta contraria a ese instituto político en la Ciudad de México. Habrá que ver qué partido político o alianza partidista puede impulsarlo para la jefatura de gobierno, sin embargo, lo que se avizora es que desde la cabeza del ayuntamiento de Tlaxcala se aliente, gracias al zacatecano, a una opción diferente para la Presidencia de la República. Por eso es el golpeteo.
