Tientas públicas de Tlaxcala

Por Oswaldo López Sánchez

Una de las labores más apasionantes e íntimas del campo bravo es la tienta. Una labor única en donde se gesta la bravura del toro. Desde tiempo inmemorial, ese factor psicológico ha hecho que el ser humano sienta una gran atracción por este animal único que es el toro de lidia.

Desde aquellas primeras pruebas con bultos en medio del redondel o con un canasto, hasta el actual modo de lidiar a menor escala, esta prueba fue evolucionando hasta convertirse en una de las faenas más importantes de una ganadería. Una faena donde los animales se juegan su futuro, ya que solo aquellos que cumplan con buen comportamiento serán seleccionados como pie de simiente de los futuros toros de lidia. Quienes no pasen esta prueba, serán desechados por el ganadero.

La faena de tienta es una labor muy íntima y muy pocas personas han tenido oportunidad de presenciarla; Sin embargo, Tlaxcala realiza cada año una muestra de ese trabajo de campo a visitantes e interesados en conocer esta labor en las llamadas tientas públicas.

Han pasado más de cinco décadas, desde aquella primera tienta en la que participaron Silverio Pérez, Jorge Aguilar “el Ranchero” y Joselito Huerta quienes tentaron vacas de la ganadería de Piedras Negras.  El lienzo charro Adolfo López Mateos fue el recinto donde se efectuó esta faena. El principal propósito de esta tarea es que el público vea de cerca cómo se desarrolla esta actividad y ver como los ganaderos seleccionan a los animales que procrearán en un futuro las reses de lidia. Por lo general suelen tentar hembras, pero se da el caso que algún ganadero también lleve un macho para probarlo para semental.

Antiguamente, estas tientas se hacían al medio día, hoy se realizan a las cuatro de la tarde. Al igual que en el campo, El peso de esta labor lo llevan matadores de experiencia y técnica bien acreditada. Ellos no buscan el lucimiento en esta, sino que se convierten en el principal colaborador del ganadero para comprobar el comportamiento de los animales. Otro personaje importante en esta tarea es el picador, quien tiene una gran importancia en esta prueba de selección. El picador es el encargado de medir el castigo y comprobar la bravura de los animales a prueba. A su vez se cuenta con la participación de un comentarista, quien explica el cometido de esta labor, así como las suertes que realizan los matadores durante la lidia. Al igual que en el campo, también se reúnen chavales que buscan darse las tres. Algunos con mayor o menor fortuna, pero siempre con la ilusión de verles la cara a los animales y poder lucirse.

En los últimos años, el desarrollo de esta actividad ha pasado del lienzo charro Adolfo López Mateos a la plaza de toros Jorge Aguilar “El Ranchero”, teniendo gran aceptación entre aficionados y público asistente.

La pasada semana dio inicio este ciclo con la participación de las ganaderías señeras de Piedras Negras y De Haro, teniendo continuidad en los próximos días con participación de destacadas dehesas tlaxcaltecas.

Las tientas públicas, una tradición singular de la feria de Tlaxcala.

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